• Present: Emotions •

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» Present: Emotions.
                    
          

Habían formado un equipo bastante extraño, pero la verdad es que funcionaron mucho mejor de lo esperado.
          

—¡Rápido Aether, usa tu visión elemental! —Gritó Paimon cuando a penas habían puesto un pie dentro del lugar, esperando que Albedo señalara en donde había estado ubicado la puerta oxidada antes de que todo se desencadenara.
          

—Creo que estaba en esta posición, mirando hacia allá. —Apuntó con su dedo índice, mientras extraía de su fiel bolso de viaje el mismo block de notas de antes, atento a cualquier nuevo descubrimiento que podrían hacer ante la presencia de Aether y sus curiosas habilidades que escapaban del entendimiento.
          

Al menos en Teyvat.
          

Aether cerró los ojos un instante para luego concentrarse en la ubicación que el alquimista le había señalado.
          

Incluso si activó su visión elemental, no hubo ningún cambio en el lugar, ni tampoco se manifestó alguna señal de lo ocurrido durante el día anterior.
          

—No hay nada aquí. —Susurró el viajero en voz baja, un tanto decepcionado por no ser de ayuda.
          

Diluc, de pie a su lado, solo suspiró, brindándole una pequeña palmada amistosa sobre su hombro antes de acercarse al lugar en donde se había materializado aquella nebulosa púrpura.
          

—Curioso... —Susurró Lisa a su vez, quien había estado observando todo con detalle, completamente en silencio.
          

Invocó su catalizador, un libro sagrado y antiguo que flotó en frente de ella. Rápidamente lo giró sobre su eje una sola vez y con el movimiento hábil de su mano señaló la zona que estaban analizando, aplicando una corriente electro que iluminó la cueva por unos segundos.
          

—Tampoco reacciona a ataques elementales, creí que podría estar oculto bajo alguna especie de sello. —Comentó ella, mientras a su lado, Albedo seguía anotando en su libreta sin parar. —Dijiste que había una puerta enorme y oxidada con runas Khaenri'ah escritas en el borde... ¿Podría verlas?
          

El alquimista detuvo su escritura al escuchar la petición de la mujer, hojeando un par de veces su cuaderno para entregárselo y así ella pudiera ver el contenido que habían descubierto en esa ocasión.
          

—Kaeya fue capaz de descifrar el mensaje, pero los dolores de cabeza que sufría eran insoportables. —Comentó el más bajo, al mismo tiempo que giraba su cabeza en dirección a Diluc que aún estaba observando la zona, casi inmóvil y con ambos brazos cruzados. —Ahora que lo pienso... Tengo algo de curiosidad, Maestro Diluc.
          

El Ragnvindr parpadeó un par de veces, como si hubiera perdido el hilo de sus pensamientos antes de corresponder a su mirada.
          

—¿Curiosidad?
          

—¿Cómo es que supo de este lugar? —Albedo frotó su mentón en un claro gesto pensativo, pero con la misma expresión neutra de siempre. —¿Sir Kaeya le comunicó que vendríamos a investigar?
          

—Tengo mis propios métodos. —Fue lo único que respondió, volviendo a concentrar sus ojos carmesí en el lugar en donde se suponía que estaba aquel portal.
          

Por supuesto que no les diría que tenía una red de información que estaba demasiado atenta a cada suceso que ocurría en Mondstadt o en todo Teyvat, pues era clandestina.
          

 • This is our story • [ Kaeluc | Genshin Impact ]Where stories live. Discover now