• Present: Whispering •

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La fiesta se encendió hasta tal punto que el descontrol era notorio en algunas ocasiones.
          

Venti hace rato había dejado de ser el bardo que entonaba canciones sobre la historia de Mondstadt. Ahora estaba parado arriba de una mesa, sin zapatos, tocando notas al azar mientras motivaba a los asistentes a beber vasos de vino de una sola vez.
          

Los borrachos de la taberna, amigos de Kaeya, no dejaban de reír con fuerza, golpeándose entre ellos mientras gritaban solo porque sí.
          

Albedo ya se había retirado con Klee, y algunos caballeros de Favonius también, al menos los que tenían turno en unas horas más.
          

Ya no querían seguir poniendo a prueba el carácter permisivo de Jean. Sabían que tarde o temprano la mujer los regañaría si no cumplían sus horarios y también si no estaban en las condiciones para ello.
          

Diluc, estaba completamente amargado en un rincón. Sentado con los brazos cruzados mientras observaba con espanto como Kaeya seguía desafiando a ese grupo de locos a quien aguantaba más bebiendo.
          

También pensaba lo increíble que era Rosaria para aguantar tanto alcohol en su cuerpo. La mujer había llegado tarde, pero pidió el trago más fuerte para entrar en la misma sintonía con rapidez.
          

Ella era una de las pocas que podría hacerle frente al capitán de caballería, quien hace rato había dejado su chaqueta blanca y su corbata colgadas en una silla.
          

-Bien, como he ganado esta ronda. - Rosaria alzó su trago con una sonrisa mientras Kaeya negaba con su cabeza, resignado ante la primera derrota de la noche. -Tengo el placer de darte un desafío.
          

-¡Yo tengo una idea! -Venti bajó de la mesa de un salto, mientras todos los asistentes restantes guardaron silencio, prestándole atención.
          

Diluc no sabía de dónde había obtenido tanta voz para controlar a un grupo enorme de idiotas borrachos.
          

-Adelante.
          

-Sir Kaeya, todos los presentes le desafiamos a que haga algo que NUNCA haría en público.
          

Por alguna extraña razón, Diluc sintió un pequeño escalofrío en su columna vertebral.
          

Cuando alzó la mirada, supo por qué.
          

Kaeya estaba mirándolo directamente, incluso si estaba rodeado de hombres bebidos que no dejaban de empujarse unos a otros.
          

Rosaria, parada a metros más allá no pudo evitar alzar una de sus cejas cuando notó la mirada de su compañero de copas en el dueño de casa, así que rápidamente llenó una copa de uno de los tragos las fuertes que tenían disponibles y se acercó al moreno para entregárselo.
          

-Quizá necesites algo de coraje para esto. -Le comentó con una sonrisa divertida mientras Kaeya, sin siquiera mirar el contenido del vaso, bebió el licor de una sola vez.
          

Sintió como la garganta se le quemaba al rojo vivo, como si literalmente Diluc estuviese obligándolo a que tragara una llama del chasquido de sus dedos.
          

-Ugh... Vamos a allá.
          

Y sin siquiera permitir que alguien interrumpiera su andar. Kaeya caminó, con algo de dificultad, hasta quedar frente a frente a Diluc, quien estaba sentado sin comprender a qué se debía su repentina cercanía.
          

 • This is our story • [ Kaeluc | Genshin Impact ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora