• Memories: 18 years (III) •

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Notas de autora:
             

Perdón por todas las lágrimas y el dolor que dejaré aquí, disfruten jeje❤️
             

» Memories: 18 years (III)         

                           
             

Los caballeros que habían llegado a ayudar, entre ellos, una Jean que no tardó en ponerse a llorar luego de observar la escena dolorosa que había encontrado, se encargaron de llevar el cuerpo inerte del maestro Crepus a la catedral.
             

Era el protocolo y Diluc no tenía la fuerza mental suficiente como para hacer ese tipo de papeleo cuando todo estaba demasiado reciente en su mente.
             

Luego de curar sus heridas en la iglesia, el inspector Eroch envió a Diluc a casa junto a Kaeya, ordenándole a ambos que descansaran y que no se preocuparan por sus deberes al menos por una semana, que luego hablarían sobre la investigación y de lo sucedido con mayor tranquilidad.
             

Diluc ni siquiera estaba escuchando cuando el hombre hablaba, solo asentía como si estuviese en piloto automático, sin tomar consciencia de las palabras que le dedicaba y del pésame por la pérdida repentina del contribuyente más querido en Mondstadt.
             

Adelinde ya había sido informada de lo sucedido, y pese a que sus ojos estaban horriblemente hinchados y enrojecidos por el dolor de haber perdido a su amo de años, no tardó en actuar como la mujer fuerte que era cuando recibió a un destrozado Diluc que ni siquiera le dedicó una mirada.
             

-Mi pequeño... -Susurró ella dándole un apretado abrazo y un beso cariñoso en la frente, aferrándolo contra su cuerpo como gesto de consuelo ante tanto dolor que se reflejaba en su mirada.
             

Diluc no reaccionó en absoluto al contacto, solo estaba ahí, de pie, como si estuviese muerto en vida, sin ser capaz de ni siquiera responder a una acción tan cariñosa de la única figura materna con la que había crecido.
             

-¿Quiere darse una ducha de agua caliente? Está empapado...
             

El pelirrojo solo negó un par de veces con su cabeza mientras se apartaba del abrazo, dirigiéndose hacia las escaleras con paso lento y cansado, para subir al segundo piso y encerrarse en su habitación.
             

-¿Maestro Kaeya...?
             

Kaeya por su parte ni siquiera había entrado a la mansión, se quedó allí de pie, observando la entrada de la misma sin tener el valor de ingresar luego de la cantidad de pensamientos negativos que había tenido tras la muerte de Crepus.
             

¿Por qué no se sentía triste? ¿Por qué sentía alivio? ¿Qué era lo que estaba en su cabeza?
             

-¿No va a entrar?
             

Adelinde estaba de pie bajo el umbral de la puerta, con la misma mirada comprensiva y cariñosa de siempre, dedicándole una sonrisa cargada de compasión mientras hacía un leve gesto al vestíbulo, invitándolo a pasar.
             

Pero Kaeya no avanzó.
             

Ni siquiera se le había pasado por la cabeza hacerlo.
             

 • This is our story • [ Kaeluc | Genshin Impact ]Where stories live. Discover now