• This is our story • [ Kaeluc | Genshin Impact ]

• Intermediate: Three years without you (Diluc ver.) •

» Intermediate: Three years without you.　　　　　　　

　 　　　 　　 　　 　　　 　　 　
　 　　　 　　 　
　 　　　 　　 　
Lo primero que hizo Diluc Ragnvindr cuando, literalmente, huyó de Mondstadt, fue cortarse el cabello.
　 　　　 　　 　

Sabía que su larga cabellera pelirroja era distintiva de su clan, y debía al menos ocultar el hecho de que el único heredero de la industria vinícola estaba recorriendo Teyvat sin un escolta como debería hacerlo.
　 　　　 　　 　

No le importó demasiado, la verdad es que su cabello estaba excesivamente largo, tanto así que ya alcanzaba su trasero, así que no dudó en usar la daga que Elizabeth le regaló para cortar su pelo y dejarla en una melena que anudó y ocultó bajo el gorro de su capa negra.
　 　　　 　　 　

Su primer plan era llegar a Liyue, tenía un par de contactos familiares que quizá podrían darle cierta información que necesitara para movilizarse, pero eso significaba cruzar Espinadragón.
　 　　　 　　 　

Sin su visión Pyro.
　 　　　 　　 　

Era cierto que había pasado años utilizando el poder del fuego para realizar cualquier tipo de actividad, pero no se arrepentía de dejarla atrás.
　 　　　 　　 　

Esa bendición tenía un peso sentimental que ya no quería arrastrar, como también recuerdos de cierta persona que tampoco quería que su mente mantuviera por demasiado tiempo.
　 　　　 　　 　

Haber robado el guante extraño que su padre había usado para derrotar a aquel dragón había sido un riesgo bastante alto, pero nuevamente, no le importó, ni tampoco se arrepintió.
　 　　　 　　 　

Sabía que tarde o temprano terminaría siendo de su propiedad, y pese a que era un poder que desconocía, que incluso podría causarle la muerte, a Diluc lo tuvo sin cuidado.
　 　　　 　　 　

Ni siquiera le importaba lastimarse ahora.
　 　　　 　　 　

Lo único que realmente captaba su interés, era vengarse de los Fatui, descubrir el motivo real de sus movimientos por todas las ciudades principales de Teyvat y si podía, infiltrarse en sus filas.
　 　　　 　　 　

Es por eso que también había decidido desprenderse de su visión.
　 　　　 　　 　

Llamaba demasiado la atención cuando lo utilizaba.
　 　　　 　　 　

Llegó a Espinadragón más rápido de lo que pensó, y tuvo que ocultarse detrás del campamento principal hasta que los exploradores fanáticos de la zona iniciaran su excursión o se fueran a la cama.
　 　　　 　　 　

Cuando robó comida suficiente de la despensa y se armó de una cantimplora llena de agua y de un cinturón con numerosas cuerdas, decidió que estaba listo para emprender el viaje, un recorrido difícil al que no estaba preparado.
　 　　　 　　 　

Mientras caminaba siguiendo el sendero marcado por las tenues antorchas que la suave tormenta permitía divisar, se puso a pensar en lo radical que había sido tomar la decisión de abandonar Mondstadt completamente solo.
　 　　　 　　 　

Era cierto que había pensado en huir junto a Kaeya hace una semana atrás como forma de protesta contra su padre, pero ahora... Ni siquiera podía imaginar quedarse a solas con un traidor que había sido capaz de sacrificar a la persona que lo acogió como un hijo propio.
　 　　　 　　 　

No lloró, ya no tenía lágrimas para derramar, pero la sensación de furia seguía recorriendo cada centímetro de su cuerpo y no, no era agradable.