• Present: New discovery •

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» Present: New discovery.
                    
          

Diluc no pudo quedarse despierto toda la noche.
          

Entre las lágrimas sin sentido que comenzó a derramar y el cansancio que le produjo toda la tensión del día, habían logrado destruir su determinación de mantenerse vigilante en caso de cualquier emergencia.
          

Lo que nadie esperó, ni mucho menos el dormido Diluc... Es que Kaeya fuera el que despertara primero.
          

Cuando el moreno abrió su único ojo visible, sintió una enorme masa de calor a su costado.
          

Quiso quejarse de la cantidad de calefacción que había en la habitación, pero ni siquiera tuvo las palabras correctas para pronunciar su fastidio cuando una característica melena roja estaba desparramada sobre su estómago.
          

Diluc Ragnvindr estaba dormido encima suyo, enrollado de mantas gruesas hasta el cuello.
          

La primera imagen mental que tuvo Kaeya fue que se veía como un gatito, pero ese pensamiento rápidamente fue desechado cuando el hombre se removió contra su panza, que usaba como almohada sin importarle absolutamente nada.
          

Kaeya se quedó quieto como si fuera una perfecta estatua hasta que el pelirrojo dejó de moverse, y luego, intentó llevar una de sus manos hasta su propia cabeza para frotar su frente sudorosa.
          

¿Qué era lo que había pasado?
          

Un leve recuerdo le golpeó cuando intentó forzar su mente a rememorar lo que vivió hace... ¿Cuántos días atrás? ¿Cuánto tiempo había estado durmiendo?
          

El dolor punzante sobre sus ojos, el brillo que lo dejó ciego mientras su iris en forma de estrella ardía. Los gritos de Albedo a su espalda pidiéndole que no mirara aquel portal, su propia voz aullando de angustia ante la molestia que no podía quitarse de encima.
          

Y luego negro.
          

De seguro se había desmayado.
          

Entendía que algo así hubiera sucedido, las palpitaciones en su cabeza a causa de la lectura de esas runas Khaenri'ah habían sido insoportables y esperaba que fuera trasladado a la catedral para ser cuidado por Bárbara, la Diaconisa o por las hermanas de la enfermería, pero no... Él estaba en la bodega, recostado en la cama de su antigua habitación, con Diluc durmiendo a su lado.
          

Ni siquiera quiso crearse esperanzas cuando las señales eran obvias.
          

La chaqueta del pelirrojo estaba colgada sobre una silla que se encontraba a un metro del colchón. Sus botas habían sido acomodadas al lado de la cama y sus guantes habían terminado en el suelo.
          

Estaba claro que había pasado la noche cuidándolo y la calidez que se derramó en su interior ante esa idea, fue demasiado.
          

Sonrió, porque sabía que una parte del Diluc del que se había enamorado estaba ahí, oculto detrás de una enorme muralla, pero asomándose lentamente cuando el peligro lo acechaba.
          

La emoción fue difícil de controlar en su expresión, pues estaba desesperado por despertarlo y brindarle un abrazo, mantener aunque fuera un poco de contacto físico, pero el miedo al rechazo seguía ahí.
          

 • This is our story • [ Kaeluc | Genshin Impact ]Where stories live. Discover now