6. Un ataque

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Se había mantenido joven y bella por años, por siglos.

Una cosa buena había salido de ese destierro, de ese exilio en soledad, al oscuro bosque que ahora era su hogar, que había sido su hogar, su dominio por más años de los que ella pudiera contar o recordar con claridad.

Había nacido hace demasiado tiempo, recordaba los tiempos lejanos de su infancia, cuando nada de esa guerra atormentaba las tierras que ahora estaban cubiertas de sangre mágica, recordaba su huida de su reino que después fue absorbido por otro mayor, un imperio creciente lleno de estupidez de humanos que ahora no eran más que bichos y estorbos para ella.

Recordaba su casi muerte, raquítica, sin comer en semanas, en soledad, sin poder salir a la luz del día que llegó a lastimar sus negros ojos, habitando en cuevas oscuras y frías que podía encontrar y con suerte usar como refugio temporal.

Recordaba su salvación.

Salvia de árboles viejos y sangre del corazón de un brujo había sido su receta por casi cien años.

Con eso había ganado fuerza gradualmente para un día poder adueñarse de la tierra que pisaba, la tierra conquistada por gente estúpida y débil, había ganado fuerza para ser la bruja más poderosa de su clase, para poder tener al mundo en la palma de su mano, para poder hacer de él lo que quisiera, como estaba escrito en su destino.

Y ahora estaba lista.

Había cumplido esos objetivos, era fuerte, demasiado fuerte, y ahora tenía aliados que la ayudarían y que luego defraudaría, tenía todo para ganar.

Bueno, solo uno de esos objetivos le hacía falta.

Ese era el ser la bruja más poderosa en todo el planeta, ella lo quería con toda el alma, pero había un impedimento, un minúsculo y pequeño impedimento.

El omega castaño que quería de aliado.

Lo había encontrado, ahora ya sabía dónde estaba.

Sabía que estaba cerca de Sigrid, tal vez en ese farisaico reino, tal vez en el bosque que lo bordeaba, en las proximidades de este, pero lo tenía en la mira como un águila asechando a su presa, y quería hablar con él, hacerle la propuesta que quería hacerle desde hace veinticuatro años, cuando sintió su enorme magia llegar al mundo, cuando sintió la amenaza gigante que era para ella mientras más desarrollara sus poderes hacia el lado de la luz, un lado que le ganaba y siempre le ganaría a la oscuridad donde estaba ella.

Lo quería en su bando, quería que su magia fuera negra y poderosa como la de ella, quería que estuvieran en sincronía.

Pero tampoco le importaba si no lo estaba.

Aceptarla o morir, eran las dos únicas opciones que tendría.

Las dos únicas opciones que pronto le daría a escoger.


─── ∙ ~☆~ ∙ ───


Harry estaba nuevamente sorprendido por esa inesperada visita.

Es decir, una ¿tribu? nueva acababa de llegar a su reino sin motivo alguno y no sabía qué hacían allí o cómo es que habían llegado y si eran peligrosos.

Parecían ser peligrosos, es decir, traían armas y se veían del tipo que sabía pelear, estaba algo intimidado a decir verdad, pero su lobo gruñía en su interior hacia la amenaza que tenía enfrente, a unos metros de donde él y cierto castaño estaban.

-Louis, oímos tu llamado - habló la alfa que supuso era la líder y luego todos hicieron una reverencia ante el castaño a su lado.

Volteo hacia el sorprendido omega, en el que también percibía algo de miedo por la presencia de esos extraños y su alfa casi lo ahoga en el instinto de protegerlo, necesitaba que estuviera bien y que se sintiera seguro porque si no él no podría pensar bien, no podría concentrarse en qué debía hacer a continuación.

Runaway [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora