15. Thorgeir

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Por nada del mundo quería despedirse de él.

Lo conocía hace menos de tres meses, se supone que sus especies no se llevaban bien por una extraña rivalidad de hace siglos, se supone que debería aborrecerlo como su madre aborrecía a Dalia, se supone que debería estar alegre por volver a su casa, a Thorgeir, con su gente, pero realmente Zayn se había ganado una gran parte de su corazón y no quería dejarlo, no quería partir.

Su alfa estaba más que encariñado que él, amaba tanto su dulce olor a naranjas frescas, amaba tanto la forma de su cintura bajo sus manos, su piel morena tan suave como la fina seda que los elfos hacían en sus expertos talleres, o su risa, amaba su risa, burbujeante, cálida, amaba las arruguitas que se formaban a la orilla de sus ojos o la forma en que lo miraba.

Pero el deber en su reino lo llamaba y debía dejarlo.

Y ambos lo sabían, ambos habían sabido desde un principio que eso pasaría, y aunque antes no les había importado mucho porque lo veían demasiado lejos, ahora, el tiempo los había alcanzado.

El maldito tiempo los había alcanzado mucho más rápido de lo que alguno de los dos hubiera pensado y ahora Liam lo buscaba por cada rincón del enorme palacio de Harry, quería verlo una vez más, quería sostener su mano una vez más, poder pasar la noche a su lado, poder abrazarlo y marcarlo con su olor para que la despedida del día siguiente no fuera tan dura.

Se rindió cuando había pasado casi una hora de habitación en habitación y decidió ir a buscarlo a la orilla de Sigrid, a la villa mágica en donde estaba la casa de Björn, donde seguramente habría ido a ver a Louis, para asegurarse de que el omega estuviera bien porque también le había agarrado algo de cariño al castaño.

Era difícil no hacerlo, Louis también le caía muy bien y sabía muy bien lo buena persona que era.

Sin él, el omega animalium que tanto quería no estaría allí, él mismo no estaría allí.

Liam suspiró aliviado al ver a Zayn allí fuera del castillo, sentado en las enormes escaleras, cabizbajo bajo un cielo nublado de la tarde y con un ligero abrigo cubriéndolo del leve viento que hacía en ese frío reino.

-Por fin te encuentro - le dijo Liam y fue testigo de cómo el moreno volteaba algo asustado y confundido para después relajar su semblante al notar que era él.

-Ah, eres tú.

-¿Esperabas a alguien más? - intentó bromear mientras tomaba asiento junto a él.

-Realmente no - le dijo con una sonrisa débil en lugar de contestarle con sarcasmo o reírse.

Y allí supo que algo andaba mal con él, y lo confirmó cuando el omega añadió:

- Solo quería estar solo.

-¿Estas bien? - cuestionó preocupado y Zayn asintió.

-Sí, solo.... - empezó a responder con una mentira que él adivinó al instante - Hoy fui a ver a Louis.

-¿Está mal? ¿Te dijo algo?- volvió a preguntar y el moreno negó con la cabeza.

-Yo.... fui a agradecerle por milésima vez por haberme salvado.

-Omega... - fue lo único que pudo decir intentando hacerlo cambiar de opinión.

Desde el día de la batalla final eso era lo que más rondaba por la mente del omega animalium, se culpaba por casi haber matado a Louis, por haber dejado que se pasara su enorme herida, por haberlo llevado tan cerca de la muerte.

Sabía que no le gustaba, Zayn era un omega muy fuerte, su especie era experta en el combate, verlos luchar era algo magnífico, estar en su contra era casi tener una sentencia de muerte, pero él había fallado.

Runaway [Larry Stylinson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora