9. El último aliado

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No era la intención de Louis traer un dragón a Sigrid.

De hecho no era su intención traer a ningún animal.

Esa tarde ni siquiera estaban entrenando, él se había adentrado mentalmente en el bosque solo para intentar llegar más lejos de lo que alguna vez hubiera llegado y explorar si había algún vínculo con algún animal que no hubiera notado ya, pero había sentido a lo lejos, muy lejos, una extraña presencia de algún animal que no conocía.

Y este estaba mal, se encontraba mal, estaba débil, podía sentirlo en su piel como sentía el dolor de Galt, estaba moribundo y sufriendo y eso lo había asustado porque era un horrible estado y quería ayudarlo porque podía morir.

Por alguna razón ese animal despertó al sentir el vínculo con él y unos minutos después había un inmenso dragón blanco y escamoso volando en el patio delantero de la negra y enorme residencia en la que vivía.

-¡Louis! ¡Aléjate de allí!

Le gritó Björn preocupado, saliendo de la casa al ver al enorme dragón por la ventana, pero Louis no le hizo caso.

-No, está herido.

-Es un dragón, te va a atacar – insistió su padre sin acercarse, temiendo alterar a esa nueva bestia.

-No me va a hacer nada – respondió el castaño y volteó hacia su derecha, en donde estaba su bestia, gruñendo y dispuesto a entrometerse entre Louis y el dragón para salvarlo de un peligro inexistente para él - Galt, atrás.

Gruño más fuerte obviamente en desacuerdo a la orden que le estaban dando, pero el poder de Louis sobre él era más grande, mucho más grande.

-No me va a hacer nada, no te acerques.

Volvió a decirle y, usando la mayor concentración que alguna vez hubiera usado, pudo ordenarle mentalmente a Galt que se quedara allí, pudo evitar que su bestia se moviera bruscamente y saliera lastimado y al mismo tiempo pudo ordenarle al dragón que se calmara y descendiera lentamente, que no le harían daño si él no reaccionaba mal.

-Eso es, cielo, ya casi....

Le dijo Louis suavemente para calmarlo y que esto no pasara a mucho más, pero justo en ese momento Harry y un enorme ejercito llegaron, poniendo al dragón a la defensiva otra vez, haciendo que rugiera, dispuesto a defenderse, dispuesto a atacarlos con su aliento de fuego que seguro sería mortal.

-¡Louis! – lo llamó el alfa rizado y él lo volteó a ver intentando no perder la máxima concentración que había logrado.

-No lo ataquen – le pidió preocupado y Harry lo miró demasiad confundido.

-Es un dragón....

-Esta herido y asustado.

Respondió el omega seriamente, pero el rizado parecía no querer escuchar, así que tuvo que volver a hablar, escuchando lo que su lobo le sugería que le dijera para convencerlo.

- Confía en mí, Harry, por favor.

El alfa gruñó algo molesto, pero paró a sus tropas cerrando su puño en el aire, y luego de unos segundos calmando nuevamente al dragón, una densa niebla se hizo presente alrededor de la enorme criatura, la cual desapareció ante sus ojos como había desaparecido esa neblina extraña, o al menos eso creyó.

Perdiendo todo el hilo del pensamiento, extrañado por lo que acababa de pasar y bajando la mirada para ver que había ocurrido, se encontró en el piso, a un par de metros de él, un chico rubio que tenía los ojos fuertemente cerrados, y tenía una mueca de dolor en su semblante, sufría y mucho.

Runaway [Larry Stylinson]Where stories live. Discover now