18. Un nuevo problema

237 27 48
                                    

Holaaaaa personita leyendo esto

Perdona la hora de subir esto tan tarde o tan temprano porque son las 12 am jajaja, pero hoy quería traer un capítulo porque es el cumpleaños de Louis y pues para festejarlo.

¿Pueden creer que ya tiene treinta? Yo no, y no supero que su mayor miedo era crecer y está creciendo *se va a llorar.

En fin, tal vez al rato ya que haya dormido algo suba otro con algo de Ziam y también el último de mi historia navideña de este año , pero aun así espero que lo disfruten y gracias por votar y comentar.

-D<3.




Él había estado solo toda su vida.

Había vivido solo, había pasado los momentos más difíciles solo, había sufrido y se había metido en tantos problemas estando solo, y no necesariamente porque Vanja lo cazara por ser brujo, realmente nadie sabía eso, nadie sabía su extraña condición.

Sus padres estaban muertos, no podrían decírselo a nadie y condenarlo a una vida corta ni ocultarlo para que no lo mataran, no, ellos estaban más que muertos, lo habían estado por más de diez años.

Y todo había sido su culpa.

Pero no podía culparse de todo, era apenas un cachorro cuando había pasado, no sabía que la magia recorría sus venas como una poderosa droga que nublaba sus sentidos y pensamientos, no sabía lo que era capaz de hacer, no sabía cómo controlarse, eso aún no lo descubría y terminaba dañando gente que no quería, aunque eso tampoco le importaba demasiado.

Hielo, el hielo era su poder, el hielo era el regalo que le habían dado los dioses, el poder que lo había sentenciado a estar una vida solo, sin nadie con quien compartirla, sin poder abrazar a nadie o tocarlo o simplemente estar cerca porque le haría daño.

Se encontraba en un pueblo al este, muy lejos de Vanja como para que los atacaran o siguieran su ardua caza de brujos allí, muy lejos de Sigrid, Nistra o Eira como par ser sus aliados y muy pequeño para si quiera destacar y poder considerarse como una nación mínimamente grande y estable como para poder brindar ayuda a nadie más que a ellos mismos.

Había pasado una infancia algo rara, sus padres parecían no quererlo como los demás padres querían a sus cachorros, parecían no darle importancia a lo que hacía, parecía que no tenían ese vínculo que todo cachorro necesitaba, y gracias a eso él siempre había sido muy vago, siempre estaba fuera de la casa, causando desastres en todo el reino para llamar la atención, juntándose con gente nada buena para él solo para no estar solo y golpeando indigentes o alfas y betas débiles para sentirse superior, incluso siendo tan jóven.

Un día, a los quince años recién cumplidos, había vuelto a casa más tarde de lo normal, su madre le había gritado, lo había regañado como siempre, le había recalcado lo mal hijo que era, lo decepcionada que estaba de él, lo mucho que odiaba ser su madre, él le había gritado de vuelta, no dispuesto a dejarse insultar por nadie nunca más y su padre le había pegado.

O lo había intentado.

Justo cuando se había acercado a él para hacerlo, de sus manos había salido un afilado hielo que le dio justo en su corazón, enterrándose en este y plantando una mirada de pánico y agonía pura en su rostro que perdió el color en un segundo gracias a la sangre que empezó a salir cuando ese hielo regresó a su mano, dejándola más que ensangrentada.

Y ante el impacto de lo sucedido y el miedo a lo desconocido, de ellas salieron cientos más de hielos, atravesando las paredes y el cuerpo de su madre que había intentado huir de allí.

Runaway [Larry Stylinson]Where stories live. Discover now