28. ¿Final feliz?

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Zayn se había ido a Harlow esa semana.

Desde la muerte de su madre, Liam se había convertido en el rey de Thorgeir, una tarea demasiado agotadora para él, una horrible y muy pesada tarea que drenaba cada gota de energía de su cuerpo y, de no ser por su omega, y el apoyo y cariño que este le daba, no sabía cómo habría podido hacerse cargo de todo un reino medio destruido por la batalla final que se había llevado allí un par de meses atrás, un enorme reino lleno de elfos inquietos y temerosos, pero dispuestos a ayudarlo a levantarse de entre las cenizas y escombros del centro para ver el futuro de esa próspera nación.

Pero claro que Zayn no estaba acostumbrado a estar tanto tiempo tan lejos de su cálido hogar a la orilla de unas hermosas playas que habían visto continuar esa para nada convencional relación, no estaba acostumbrado al frío de Thorgeir o a la frialdad que a veces los elfos podían llegar a tener con los extraños, ni tampoco estaba acostumbrado a estar tan lejos de Finn o Dalia, así que se había ido unos días.

Y había sido los cuatro días más largos de toda su vida.

Liam lo había extrañado con toda el alma, con todo su ser, con cada célula de su cuerpo y le rezaba a la luna para que ese tiempo pasara aun más rápido y pudiera tenerlo entre sus brazos pronto, incluso aunque sabía que faltaban al menos dos días más para su regreso.

Dormía y había un horrible vacío en la cama y un frío al que se había desacostumbrado, desayunaba solo en el lúgubre y triste comedor con un abrumador silencio que solo rompían los cubiertos al tocar su plato, llegaba al castillo al final del día, agotado de hacer tantas cosas y sus amorosos brazos no estaban en la cálida sala de trono para recibirlo y darle el cariño que no le había dado en el largo de esas horas que habían estado separados, ni tenía los dulces besos que el moreno le daba para borrar todo el estrés de su organismo, ni siquiera podía escuchar su hermosa y celestial risa o su voz contándole lo que había hecho en el día en leves y muy bajos susurros que solo lo adormecían, y su corazón se estaba partiendo lentamente.

Pero nada le hacía más feliz que ver a Zayn feliz, y si verlo feliz significaba que fuera a ver a sus padres, él sería el primero en ayudarlo a hacerlo y no lo detendría nunca, así que solo le quedaba esperar.

Ese gris y muy frío día, estaba paseando por el centro, cerca de su castillo, cuando sintió a su lobo removerse inquieto en su interior como solo hacía cuando su compañero estaba cerca, algo que había podido distinguir lo que significaba muy rápido y ahora lo sabía.

Zayn había vuelto, antes de lo previsto, pero había vuelto

Se giró bruscamente casi cayendo al suelo de su reino en reconstrucción y rápidamente pasó su marrón mirada por todos lados, buscándolo porque sabía que su omega estaba cerca, había vuelto antes y lo buscaba entre la gente que pasaba por la calle y los edificios.

Y lo encontró más rápido de lo que había pensado.

Su omega, en su forma lobuna e imponente, corría en cuatro patas hacia el castillo, seguido de un oso y un león, seguramente una escolta que su madre Dalia habría mandado para acompañar y proteger a su cachorrito en el largo viaje de reino a reino que eran separados por enormes distancias.

Liam no pensó la razón de su pronto regreso, no esperó ni un segundo y dejó todo lo que estaba haciendo para correr hacia su residencia mientras se quitaba el abrigo para cuando Zayn se transformara de vuelta no tuviera frío.

En un parpadeo el enorme e intimidante lobo blanco y negro que era Zayn ya estaba frente a él y esta no esperó ni un segundo para lanzarse al castaño sin medir su fuerza y tumbarlo al piso mientras su alfa se alegraba y se removía victorioso en su interior de poder tener a su omega con él después de lo que parecía una eternidad separados.

Runaway [Larry Stylinson]Where stories live. Discover now