Capítulo 09

333 24 9
                                    

Lan SiZhui

Sus labios se entre abrieron para así liberar más suaves y bajos jadeos ocasionados por lo que los labios contrarios hacían sobre su piel, ligeras mordidas que en lugar de causarle dolor le provocaba una sensación de placer que fue en aumento cuando la cadera del Jin se acercó a la suya con la única intención de que sus miembros se encontraran provocando que la temperatura de su cuerpo aumentara.

Se aferró a las hebras oscuras del menor mientras que inclinaba un poco la cabeza hacia atrás e inevitablemente su cadera buscaba más fricción y contacto con la ajena, los descarados encuentros lograban que su virilidad comenzara despertar deseando más del otro.

Movía sus caderas necesitadas de las contrarias, de sentir de nuevo la oleada de calor y placer que momentos atrás experimentó, sus manos comenzaron a necesitar de la piel de su novio por lo que éstas pronto dejaron su nuca y fueron en busca de lo que querían escabulléndose entre sus prendas.

- Sí quiero... -

Jin Ling

Al oír aquello separó su boca un momento del pecho de SiZhui para subir su cara hasta colocarla frente a la de su novio, ojos con mirada intensa clavados en los contrarios. Se relamió los labios y mordió el inferior sonriendo, mientras volvía a mover sus caderas hacia las del otro chico, sus miembros rozándose aún dentro de las telas de sus ropas. El contacto le sacó un gemido que no se molestó en acallar.

Las manos del Lan buscaron el camino hasta su piel y el contacto de sus dedos lo hizo estremecerse. Adoraba la sensación de las yemas contrarias acariciando su cuerpo, se sentía demasiado bien.

Movió el peso de su torso para una sola de sus manos y con la otra se apuró a abrir la parte frontal de la túnica del otro chico para tener más piel disponible que saborear. Una vez que dejó sus pectorales y parte de su abdomen al descubierto, volvió a apoyarse en sus dos brazos pero ésta vez recargándose en sus codos, para estar más cerca.

Besó, mordisqueó y lamió una vez más el cuello de su novio, mientras las manos contrarias exploraban su piel por debajo de sus ropas.

Con su lengua descendió del cuello hasta los pectorales de SiZhui y sin mucho preámbulo envolvió uno de los pezones entre sus labios, lamiéndolo hasta sentirlo duro y mordisqueándolo con suavidad. Quería escuchar más de esos sensuales jadeos y no tuvo reparos en ir directo a una de las fuentes de placer en el cuerpo debajo suyo.

Ahora no tenía tanta cautela y no iba tan despacio como la primera vez, porque ahora sí se sabía correspondido, y tenía la sensación de que los dos deseaban aquello con la misma fuerza. Ambos querían darle placer al otro, hacerlo sentir bien al otro, que disfruten juntos.

Ese pensamiento lo llevó a hacer la siguiente pregunta.

- ¿Dejarás que sea yo el que entre en ti esta vez? - acompañó su pregunta con un movimiento ondulante de su cadera contra la de su amado.

Lan SiZhui

Le era un problema intentar articular palabra alguna sin que de sus labios le acompañara un jadeo, sus movimientos constantes en el que buscaban sentirse más eran los culpables.
Al mismo tiempo en el que sus caderas buscaban rozarse sus manos buscaban la piel ajena, deslizó sus dedos dentro de la tela blanca que le cubría acariciando con sumo cuidado la piel de su torso paseando con delicadeza la punta de sus dedos por aquella zona mientras que sentía como su pecho era descubierto y casi al instante la húmeda lengua del Jin se paseaba por su cuello.

Los jadeos se estaban volviendo complicados de controlar, cada vez éstos salían sin permiso alguno, pero al parecer para el Jin éstos no eran ninguna molestia por lo que se permitió jadear y gemir con libertad.

Observó brevemente sus manos pasearse por el torso ajeno y sin querer no pudo evitar pensar que aquellas prendas le quedaban demasiado bien a su novio y era una lástima tener que quitarlas de su cuerpo.
Inclinó su cabeza hacia atrás mientras que su cadera respondía al movimiento ondulante del menor.

- Sí, dejaré que entres en mí - respondió casi al instante.

Su cuerpo de alguna forma le pedía sentir a su amado de la misma forma en la que él se lo permitió, la idea no le molestaba en absoluto, al contrario.

Viaje a GusuWhere stories live. Discover now