Capítulo 27

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Lan SiZhui

¿Que no le quería ahí? ¿Realmente había dicho eso? Quiso decirle que no era así, que en realidad sí lo quería ahí a su lado pero al oírle decir que él no deseaba quedarse, eso hizo que se tragara todas sus palabras.

¿Cómo podría decirle que deseaba tenerlo ahí cuando él mismo no lo quería? Simplemente no podía hacerlo y aunque su corazón dolió, calló sus palabras forzándose a seguir aparentando la misma calma de cuando llegó. Pero parecía ser que el menor no se la pondría muy fácil.

Su rostro se ruborizó cuando el Jin hizo mención de sus sábanas, aunque lamentablemente éste no pudo verlo pues terminó dándole la espalda. SiZhui desvió la mirada un momento para que el calor de su cara desapareciera, pero cuando decidió volverla al menor lo notó. Sus hombros temblaban y aunque tal vez Jin Ling se forzaba a reprimirlos sus oídos agudos podían notar los sollozos que reprimía.

Se quedó en silencio, observando la figura ajena temblar y removerse sobre la cama intentando callar su llanto. Quería abrazarlo y consolarlo pero por mucho que lo deseara no podía hacerlo, el menor le mostraba un claro rechazo.

— Yo no puedo dejar que te... que se vaya — se corrigió — Como le expliqué hace un momento, sus heridas son delicadas ahora. Además, el maestro Wei quiere hablar con usted sobre algo... importante — no quiso dar más detalles al menor de la conversación que tendría con su madre, en parte porque de hacerlo el Jin evitaría con mayor razón quedarse y por otra, porque no le correspondía a él hablar de ello.

Soltó un suspiro bajo, ¿qué podía hacer? Tenía al amor de su vida a solo unos escasos centímetros pero de alguna forma lo sentía tan lejano, era el mismo sentimiento del principio, de cuando aun no confesaba su amor solo que está vez el dolor era insoportable.

— Si mi aroma es lo que le molesta puedo pedirle a alguien que cambie toda la ropa de la cama incluso si lo prefiere puedo cambiarlo de habitación, así no tendrá que pasar por incomodidades como esa — aunque intentó ocultarlo, el dolor incluso el recelo que las palabras incompletas ajenas habían causado no pudieron ser escondidos — Lo dejaré pensar en ello, si necesita algo estaré afuera solo debe llamarme.

Sentía que ya no tenía nada más que hacer ahí dentro, todo su ser se estaba desmoronando en grandes cantidades causándole un dolor que podría hacerlo desmayar en cualquier momento. Ya no podía más, necesitaba salir para poder llorar sin problemas. Con esa idea en mente se levantó de su lugar y avanzó a la puerta.

Jin Ling

Se esforzó en contener su respiración y su llanto hasta que escuchó cómo la puerta de la habitación se abría y volvía a cerrarse, señal inequívoca de que el Lan se había ido.
Apenas levantó la cabeza para mirar y cuando comprobó que estaba solo se permitió desatar todo su dolor y frustración en una secuencia de sonoros sollozos desesperados y desgarradoras inhalaciones en busca de aire que le hacían arder la garganta.

No supo por cuánto tiempo lloró, y tampoco le importó si alguien al otro lado de la puerta podía oírle. Necesitaba que el pecho dejara de dolerle, pero aunque derramó lágrimas hasta quedarse dormido su angustia no disminuyó ni un poco.

***

El sonido que hizo la puerta al ser abierta le puso en alerta. Cuando abrió los ojos la blancura casi cegadora del dormitorio le dio la pauta de que ya era de día nuevamente, ya que el sol entraba brillante e irreverente por todas las ventanas.
Enfocó su mirada hacia la puerta y ahí estaba Lan SiZhui otra vez, con lo que parecía ser el desayuno en una bandeja entre sus manos.

Él no tenía hambre, nada le pasaba por la garganta. Ni siquiera la saliva que intentaba tragar para aligerar en algo el ardor de sus cuerdas vocales luego de haber llorado hasta dormirse pasaba con facilidad.

Con lentitud se sentó en la cama, su costilla aún dolía y el corte en su mano se sentía muy tirante, pero esos dolores no se comparaban en nada con lo que le provocaba estar allí en presencia de Lan SiZhui, quien en esos momentos lucía como si hubiera entrado a un recinto dónde se estuviera celebrando un funeral.

Frunció el entrecejo y lo observó en silencio de pies a cabeza. Realmente se veía mal, muy ojeroso, con la piel descolorida y una expresión extenuada como si no hubiera dormido en días...

Y en ese momento la lucidez le hizo terminar de despertarse. ¡Por supuesto que SiZhui no había dormido! Si él mismo estaba ocupando su cama.
Darse cuenta de eso le hizo hundirse dos escalones más en su miseria, ¿algún día dejaría de ser un motivo de importuno para el otro?

No sabía si los Lan tendrían alguna estúpida regla en contra de dormir en una habitación que no fuera la propia, pero no le sorprendería nada si así fuera. Tuvo que contenerse fuerte para no rodar los ojos con fastidio ante ese pensamiento.
Antes de que SiZhui pudiera decirle nada, con algo de esfuerzo se levantó de la cama y parándose todo lo derecho que le permitía su cuerpo magullado intentó verse lo más digno posible antes de decir:

- Ya me siento mejor - era mentira, por supuesto - No necesito dormir más. Puedes volver a usar tu cama, luego del desayuno me iré.

Caminó unos pasos tambaleantes hacia el otro chico con la intención de sacarle la bandeja de las manos y asegurarse de que se acostara y durmiera algo antes de marcharse de allí.

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