Capítulo 24

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Lan SiZhui

Parpadeó varias veces tras oír las interrogantes que el Jin le hacía. Creyó que una vez que mencionara su lugar de nacimiento él entendería todo, pero parecía haberse equivocado. Su pareja aún no notaba el peso de su confesión. Sonrió con sutileza y afirmó el agarre de sus manos. Le parecía realmente tierna su actitud sin embargo por mucho que deseara en esos momentos que fuera esa su historia, no era así. Tampoco deseaba mantenerse en silencio y esconder su origen.

Negó con la cabeza. La sonrisa sobre sus labios aún se mantenía pero, ¿cuánto mas podría durar? Aún con una expresión suave y tranquila, con la misma sonrisa de siempre su corazón estaba exageradamente agitado. Tragó saliva en un intento de mojar un poco su garganta que se había quedado seca. Buscó las palabras adecuadas para continuar hablando y tras unos momentos de silencio por fin abrió la boca, pero ningún sonido salió, ni media palabra o si quiera un suspiro. Intentó una vez más pero el resultado fue exactamente el mismo. No fue hasta después de varios intentos que el sonido por fin fue emitido de sus labios.

- Estás equivocado... - fue lo primero que pudo decir - Mis padres nunca fueron discípulos de la secta Lan - soltó.

Pensó que podría seguir hablando y terminar de una vez con todo eso, pero de nuevo se equivocó. Dudó y su cuerpo vaciló en seguir hablando tras sus palabras, ningún sonido volvió a ser emitido. Era como si un nudo se hubiera formado en su garganta, un nudo grande que incluso le impedía respirar obligándolo no solo a estar callado sino también a contener su propia respiración. Los latidos de su corazón sonaban en sus oídos, movimientos rápidos que en ese momento era incapaz de mantener controlados.
Su cuerpo mismo comenzó a mandarle señales de que no debía hablar más, que guardara silencio. Era como si estuviera siendo obligado a sentir culpa y remordimiento de sus propias raíces. Cerró los ojos y se enfrasco en una lucha en su interior; el dolor, el miedo, y el temor al posible rechazo eran sentimientos que lo estaban consumiendo y que hacían que su interior mismo estuviera cerca de ganar aquella lucha pero, su voluntad y sinceridad eran más fuertes.

- Mis padres pertenecían a una de las ramas médicas de la Secta Qishan Wen. Para ser exactos a una rama médica misma a la que pertenecían Wen Ning y Wen Qing - explicó sin mirarlo - Yo era un niño cuando todo estaba pasando, no recuerdo los rostros de mis padres y con sinceridad puedo decir que hasta hace poco tampoco recordaba a nadie de mi familia Wen - sonrió con amargura - Después de que el Maestro Wei se opusiera a todas las sectas solo para salvar a los últimos Wen que quedaban y llevarnos a los Túmulos, él me cuidó, jugaba conmigo y era muy amable. Para ese entonces mis padres ya habían muerto víctimas de los abusos que estábamos sufriendo en ese entonces y además del maestro Wei la abuela me cuidaba, incluso me protegía de los golpes recibiéndolos ella en mi lugar.

Bajó la mirada y alejó su mano de la ajena, una vez que los recuerdos llegaron a su mente todo era más doloroso de hablar. Antes ni siquiera podía recordarlo, pero actualmente gracias a Wen Ning cada recuerdo volvía a su mente uno más vívido que el otro.

- El Maestro Wei siempre ha sido bueno. Se enfrentó a todos y una vez que nos rescató no nos dejó solos, nos protegió. Después de un tiempo cuando bajamos al pueblo conocí a HanGuang-Jun. Él había ido a Yiling para hablar con el Maestro Wei. Cuando lo conocí no pude evitar llorar, su expresión fría me asustó demasiado aunque después para consolarme me compró juguetes. Para terminar el día él nos acompañó a los Túmulos pero su visita fue corta, esa fue la primera y última vez que lo vi allí. Todo parecía tranquilo, era como si nosotros pudiéramos seguir con nuestra vida pero ¿quién diría que la calma y la tranquilidad serían tan cortas? - hizo una pausa y miró tímidamente al Jin. Aquella parte que seguía seguramente él ya lo sabía - En tu fiesta de primer mes pasó la tragedia. Todo lo que parecía ser bueno se desmoronó completamente, la secta Jin pidió que los sobrevivientes Wen se entregaran y ¡así fue! todos se entregaron... Todos menos yo - hizo una pausa - Yo fui dejado en los Túmulos con la intención de proteger mi vida pues era claro que una vez que se entregaran no serían arrestados sino asesinados. Ni la abuela ni la tía Wen Qing querían eso para mí así que me escondieron. Pasé días sin comer o beber algo así que terminé enfermando. Para cuando HanGuang-Jun me encontró yo tenía demasiada fiebre, podría no sobrevivir. Pero él me llevó a Gusu y cuidó de mi hasta que me recuperé. Para ese momento ya nadie de mi familia quedaba con vida, el Maestro Wei había muerto y solo me quedaba HanGuang-Jun. Fue difícil, no solo por estar solo, sino porque a causa de la fiebre no podía recordar nada antes de llegar a la secta Lan - soltó un suspiro pesado, los latidos de su corazón se habían calmado ya pero ahora sentía en el pecho un fuerte dolor que lo presionaba - Desde entonces HanGuang-Jun me crío, me enseñó conforme a las reglas de Gusu y me cuidó. Él ha sido más que un Maestro para mí, ha sido mi padre. Obviamente nadie además de él sabía de dónde venía yo por lo que cambió mi apellido a Lan y me dio un nombre. Yo no supe nada de esto hasta que volví a encontrarme con el Maestro Wei y el tío Wen Ning. Fue cuando todo se calmó que supe la verdad - soltó un suspiro antes de decir sus últimas palabras - Aunque ahora soy un Lan en realidad mi sangre es y será siempre la de un Wen, pero no tengo nada de que sentirme mal, mi familia nunca mató a nadie, ellos curaban a los demás, eran médicos no asesinos.

No se atrevía a mirar al menor ni siquiera para comprobar qué expresión podía tener. Sentía miedo y dolor pero también liberación de decirle todo eso.

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