¡𝘚𝘦𝘳𝘢́ 𝘗𝘰𝘳 𝘕𝘰𝘵𝘢𝘴! ━━━━ 𝘏𝘢𝘬𝘬𝘢𝘪 𝘚𝘩𝘪𝘣𝘢

11- Columpios

—¿Por qué le sonríes a los cereales? —preguntó su madre al verla sonreír mientras miraba el plato de cereales.

Anoche había llegado a casa en las mismas nubes y hoy en el desayuno sonreía resplandeciente hacia el plato de cereales.

—Es solo que... recordé algo.

—Serán recuerdos bastante constantes, últimamente siempre andas por ahí sonriente.

—Sí, son recuerdos bastante frecuentes.

Entrecerró sus ojos mirándola mientras recogía los platos —¿Será que es por la salida de anoche?

—Puede ser —susurró en tono de diversión.

—Ya dime que es lo que te sucede —pidió volviendo a bajar los platos sobre la mesa.

Ella rió para luego levantarse y depositar un beso en su mejilla —Se me hace tarde para la escuela.

Tomó su bolso y salió de la casa aún riendo, le gustaban esos pequeños momentos que sucedían ya sea en el desayuno o cualquier momento en dónde que se encontraba con su madre.

***

—¡Si no me lo dice él serás tú! —exclamó Yuzuha mientras daba un palmazo suave al escritorio de su amiga.

—¿Decir qué?

—¿Qué sucedió anoche?

—¿No te aguantas la curiosidad? —preguntó riendo.

—No es eso, simplemente quiero saberlo —se encogió de hombros.

—Al caso es lo mismo, ven te lo diré.

Se sentó a su lado y la de cabellos castaños quién comenzó a contar:

—Ayer fuimos a caminar en la playa, también vimos las estrellas y... él me habló.

Un chillido por parte de Yuzuha que fue silenciado por ella misma se hizo presente —Es increíble, al parecer lo tenías todo planeado, la playa y las estrellas, creaste todo el ambiente romántico.

—¿Romántico? —asintió —no fue eso, simplemente creí que sería bueno para que olvidara un poco lo que había pasado.

—Está bien, yo te creo —aseguró entrecerrando los ojos para volver a su asiento al ver al profesor entrar a clases.

Iba a responderle pero ya estaba al otro lado de la clase. Devolvió la vista al frente y suspiro, estaría mintiendo si dijera que no sintió mariposas en el estómago al estar con él, incluso ahora las sentía, ya era desde hace unos días atrás.

***

—¿Vamos a los bolos mañana? —preguntó Hakkai hacía Takashi —iremos con Yuzuha.

—Iría pero no puedo, debo cuidar a mis hermanas, pero igual deberías ir con Yuzuha y Hayami.

—¿Crees que acepte?

—¿Por qué no lo haría?, invítala hoy.

—Lo haré.

—Ayer por la noche te llamé y tu teléfono daba apagado.

—Eh, estuve en la playa, fui con Hayami y... —ya no supo que decir.

—Apagaste el teléfono para que nadie los molestara —completó la frase.

—No fue eso, sólo... —comenzó a buscar alguna excusa —se habrá quedado sin carga y se apagó.

—Sí, debió ser eso, ¿cómo explicas tu fondo de pantalla entonces?

Pensó que no lo había visto, ayer mientras ella se encontraba distraída mirando el atardecer había aprovechado para hacer una foto suya, había dudado un poco en ponerla allí, tal vez le molestaría que hiciera eso con una imagen suya, de igual manera decidió hacerlo, sería sólo unas pocas horas y luego la volvería a quitar.

Sólo que las «pocas horas» ya llevaban cerca de casi un día.

—Esa la tomé antes de que se terminara la carga.

Takashi solo negó con la cabeza divertido, su amigo era pésimo mintiendo.

***

Esta vez ambos se encontraban en los columpios dando suaves movimientos con sus pies, hablaban de todo lo que les había pasado en el día, pequeñas cosas que hasta cierto punto eran graciosas y hacían que a veces pequeñas risas se hicieran presentes.

—Oye, Hayami, ¿quieres ir mañana a los bolos?, iremos con Yuzuha, si no tienes otra cosa que hacer claro.

—Suena bien, pero yo no se jugar a los bolos.

—No importa, te enseño cuando estemos allí —propuso desviando la mirada.

Sonrió —Iré, ¿a qué hora?

—Por la mañana, puedo pasar a buscarte ya que Yuzuha estará en otro lugar y nos encontraremos allí.

—Está bien, hoy podemos ir juntos así sabes cual es.

—Claro.

—¿Me haces un favor?

—Dime —miró hacia ella.

—Empújame —al parecer no entendió a que se refería —me refiero a que quiero que me empujes para hamacarme más rápido.

—Pero lo estás haciendo tú sola.

—Hazlo igual, será divertido.

Se levantó desde su columpio y fue hasta detrás suyo, apoyó sus manos en su espalda dando un suave empujón. Estuvieron así algo de tiempo, ninguno de los dos decía nada, sólo se escuchaba el crujido de las cadenas del columpio, aún así ambos sonreían al estar así, con su simple compañía ambos podían ser felices sin necesidad de palabras.

***

—Nos vemos mañana entonces —se despidió la fémina al ya encontrarse frente a su casa.

—Sí, te veo mañana.

Se despidió de un movimiento de manos y entró a su casa, allí se encontró con su madre la cual la miraba con complicidad para después decir:

—Ahora ya se por que sonríes tanto.

—Es solo un amigo, del que te hablé la otra vez —aclaró apresurada para luego ir directo a su habitación, Cerró la puerta y se recostó en ella, sonrió una vez más, los bolos... sería divertido.