17- En medio del frío

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—¿Crees que esta esfera vaya bien aquí? —preguntó su madre mientras ponía una esfera más en el árbol de navidad que decoraba la sala.

No hubo respuesta por parte de la chica, solo mantenía su vista en el movimiento ansioso que daba su pierna como si estuviera temblando, y sus pensamientos estaban en un lugar totalmente distinto.

—¿Hayami, estás bien?

Eso la quitó de sus pensamientos, miró hacia ella y tratando de demostrar una sonrisa dijo: —Sí, estoy bien, solo estoy pensando en algo que sucedió, también quiero estar despierta para cuando sea media noche, ¿puedo ir a recostarme un poco?

—Claro ve, yo terminaré esto y saldré un rato.

Asintió y caminó hacia su cuarto para luego dejarse caer en la cama, sintió sus ojos llenarse de lágrimas pero volvió a secárselas, no quería confiar en lo que un par de desconocidos le habían dicho a mitad de la calle, pero no era sólo eso, Hakkai no había sido el mismo, incluso hizo preguntas que en un principio parecían no tener sentido, ahora las tenían, él se alejaría de ella porque pensaba matar a su hermano. Ahora sabía porque evitaba el tema de navidad.

No quería, en realidad no podía pensar en como él haría eso, no lo veía capaz de hacer algo así, nunca creería que él haga algo como eso. Y, ¿por qué ese par de chicos se lo contaron a ella?, tal vez eran amigos suyos que querían detenerlo.

Un remolino estaba en su cabeza, podía ir y intentar detenerlo, era lo que en realidad quería hacer, pero ya había visto a Taiju en una ocasión, la golpeó y estaba segura de que no utilizó ni la mitad de su fuerza y aún así fue doloroso, ¿cómo sería toda su fuerza?, y peor aún, ¿qué haría Taiju al ver que su hermano intentaría matarlo?, tal vez el haría lo mismo con él.

Ya no podía más, buscó su teléfono para luego llamarlo pero no contestó, los nervios la estaban consumiendo, se sentía bastante inútil de no saber que hacer, intentaba pensar todo lo posible pero no había una salida; hoy en la catedral Hakkai iría a matar a su hermano y ella no veía una salida a todo esto. Si le llamara a Yuzuha sería aún peor, sabía lo mucho que quería a su hermano, podrían pasar cosas aún peores si ella se presentaba allí.

Abrazó sus piernas y miró el reloj que estaba en la pared, 21:55 marcaba, sabía que por más de que siguiera pensando no encontraría una buena salida a todo, no tenía miedo de lo que llegara a sucederle a ella, sabría como salir de un apuro, pero Hakkai... el podría pertenecer a una pandilla y saber pelear, podía parecer intimidante pero ella lo conocía, sabía que no golpearía a nadie sin una razón, que le gustaba ser despreocupado y libre, intentaba tal vez proteger a Yuzuha y por eso decidió acabar con la vida de Taiju, pero no podía dejar que ese chico se ensuciara las manos asesinando a alguien, debían buscar una solución, pero asesinarlo no era la salida para eso.

Tal vez no serviría de mucho en medio de lo que sucedería allí, pero si era capaz de impedirlo de la manera que fuera era feliz, solo quería impedir que aquel chico tan dulce del cual se había enamorado cometiera una locura. Y sí, se había enamorado de él, cada pequeña cosa que había pasado en este corto tiempo habían conseguido enamorarla, desde escribir notas para él hasta haberlo escuchado hablar directamente con ella por primera vez.

A veces le sorprendía cómo había pasado, todo fue tan repentino pero no se arrepentia de nada ni por un segundo, haberlo conocido de una forma tan única a veces la hacía sonreír sola mientras lo pensaba, montones de sentimientos se cruzaban en su pecho, miro la bolsa que estaba sobre su escritorio, en su interior se encontraba el regalo de navidad para el chico, estaba decidida a entregárselo y definitivamente no lo haría en prisión.

Tomó un abrigo y metió en un bolsillo de adentro la bolsa de regalo, salió de la habitación y en la sala se encontró con su madre y su tía —Saldré un rato, tengo algo que hacer, regreso luego de media noche —dijo con determinación, se despidió y salió de casa.

Era una noche fría sin duda, su aliento se volvía frío, no le dio mucha importancia, metió sus manos en el bolsillo de su chaqueta y caminó hacia la catedral.

Era una noche fría sin duda, su aliento se volvía frío, no le dio mucha importancia, metió sus manos en el bolsillo de su chaqueta y caminó hacia la catedral

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¡𝘚𝘦𝘳𝘢́ 𝘗𝘰𝘳 𝘕𝘰𝘵𝘢𝘴! ━━━━ 𝘏𝘢𝘬𝘬𝘢𝘪 𝘚𝘩𝘪𝘣𝘢 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora