¡𝘚𝘦𝘳𝘢́ 𝘗𝘰𝘳 𝘕𝘰𝘵𝘢𝘴! ━━━━ 𝘏𝘢𝘬𝘬𝘢𝘪 𝘚𝘩𝘪𝘣𝘢

31- Alguna vez

—No puedo Yuzuha, será mejor unos pantalones junto una blusa a juego, estamos a tiempo de regresar a casa y buscar.

—No digas tonterías, Hayami. Voltea, subiré el cierre del vestido.

Asintió y hizo lo que su amiga pedía, para que así terminara de subir el cierre —Listo, mírate al espejo, te quedó muy bien.

Fue hasta un espejo y se miró en el, aquel vestido del color que tanto le gustaba le quedaba bien, junto con él peinado que había hecho todo fue perfecto, había imaginado que el vestido no le quedaría bien.

—Tú también te vez hermosa, Yuzuha —alagó viendo el vestido que llevaba su amiga.

—Claro, brillaremos más que la novia —bromeó.

—¿Sabes si Hakkai ya llegó?

—Creo que ya está aquí, solo se quedó a hablar con los chicos, están molestando a Pa-chin.

—A veces todos se vuelven tan burlones. Pa-chin se veía nervioso por lo de la boda.

Escucharon el ruido de alguien tocando la puerta, Yuzuha fue a abrir encontrándose con Hakkai —Mm, anda pasa, estamos listas. Yo iré a ver si Hina necesita ayuda en algo.

Salió de allí dejando a ambos solos — ¿Crees que me veo bien así? — preguntó Hayami mostrando el vestido que llevaba.

—Hermosa como siempre —respondió dejando un beso en sus labios.

—Tú también te vez muy bien con este traje, —devolvió el alago palmeando su pecho.

La abrazo por su cintura desde tras ella, se miraron en el espejo para después sonreír.

—¿Crees que me irá bien allá?

—¿Bromeas? París es un lugar en donde te irá bien, también tu trabajo, habrá muchas personas que te necesiten allí. Pero sabes que si tú no quieres ir yo...

—No, no es que no quiera ir a París, quiero hacerlo pero me da miedo dejar a todos, sé que vendremos a verlos pero aún así.

—Aún estamos a tiempo, no haré nada que no quieras, puedo aún rechazar la oferta.

—No lo hagas, debo a veces enfrentar mis miedos, y cambiar un poco de ambiente no me hará mal. Ya sabemos casi todo el idioma así que estaremos bien.

—¿Segura?

—Sí, muy segura.

Tras el pasar de los años ambos fueron por sus carreras, Hakkai sorprendentemente se había convertido en modelo luego de una serie de cosas inesperadas, que por cierto le iba bastante bien, y a causa de esto tenía una oferta de trabajo a París.

Lo conversó con Hayami, quien hasta ese día seguía siendo su pareja, la cual también había estudiado una carrera de Derecho Familiar. Había contactado una fundación en París, la aceptaron de inmediato ya que se había vuelto alguien reconocida en ese ámbito así que ya tenía un trabajo esperándola allí.

Yuzuha, cómo asesora de Hakkai, también iría con ellos, los tres de ahora en adelante vivirían allí.

—Vamos, es hora de salir, la boda está por comenzar.

Ya en el salón todo era bullicio, todos estaban felices por la boda de su amigo de tantos años, incluso Kazutora estaba junto a ellos, y a lo lejos se veía a Manjiro quien peleaba con Ken para quitarle la comida del plato.

Hina también tendría su boda pronto, lastima que ellos ya no estarían para esa fecha, aún así ya hicieron las compras juntas, fue su manera de festejo por adelantado.

—¡Hayami! —escuchó llamarla la risueña voz de Smiley —te esperamos mañana en el restaurante, no puedes irte antes de probar nuestro ramen.

—Por supuesto, estaré allí justo por la mañana.

—¿Ramen en el desayuno? —preguntó Hakkai.

—Solo será por esta vez, no creo que sea tan mortal.

—Sí que son mortales —afirmó Smiley.

Todos guardaron silencio cuando comenzó, pero fue imposible retener algunas risillas al ver a Pa-chin dar el resumen del clima en plena ceremonia.

—Se ven tan nerviosos. Debe ser un día demasiado importante para ambos, al menos eso imagino —dijo Hayami con una sonrisa mirando lo nerviosos que se veían.

—Dime... —entrelazó sus dedos —¿Te gustaría averiguarlo por tu cuenta?

Sintió sus mejillas sonrojadas, acaso era... ¿una manera indirecta de proponerle matrimonio?

—Claro, me gustaría hacerlo.

—Prometo que lo harás.

Dejó un beso en su mejilla para después ambos sonreirse el uno al otro, tras su conversación la boda ya había sido llevada a cabo, lo único que quedaba era la foto conjunta. Todos fueron a juntarse al lugar para eso. Manjiro quién ya había comido algo antes estaba adormilado, con el paso de los años seguía con la misma costumbre.

Un grupo de amigos de la infancia y ahora ya adultos, sonrieron hacia la cámara para dejar pruebas del feliz momento, no podían pedir más, todo iba lo mejor que podía.