𝐒𝐖𝐄𝐄𝐓 𝐒𝐌𝐄𝐋𝐋𝐈𝐍𝐆 𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃¹© {BRIGHTWIN}

𝐓𝐑𝐄𝐈𝐍𝐓𝐀 𝐘 𝐎𝐂𝐇𝐎 3/3

"Piernas temblorosas"

Que situación más inoportuna. Mi madre golpea incesantemente la puerta esperando una respuesta y no puedo levantarme, Bright sigue dentro de mí, si lo saca seguramente soltaré un gemido como tortuga de playa apareándose, y no quiero eso. Tomé el valor suficiente y tratando de no hacer mucho ruido. Me levanté en un dos por tres de la cama, mis piernas temblaban, por lo de hace un momento y sentía tanto pánico y miedo que no sabía donde meterme, busqué en el armario, encontré una bata de repuesto y me la puse más rápido que el mismísimo correcaminos, estaba tan pálido como el mismísimo gasparin. Pero vasta de hablar de personajes animados de mi infancia, la cosa es como explicarle a mi madre que estaba cogiendo en la habitación de invitados. No iba a explicarle eso, iba a excusarme. Las mentiras blancas no dañan a nadie después de todo ¿No?

—¿Win te pasa algo? Abre.— Me habló desde afuera, abrí la puerta, mi madre frunció las cejas al ver a Bright parado detrás de mi. Hubo un silencio incomodo. Mi madre me miró.—Win ¿Quién es tu amigo?— Preguntó, sentí la respiración fría de él en mi cuello, su mano se posó en mi cintura, por suerte, la puerta no estaba completamente abierta y no vio como su mano subía por mi espalda. La bata se alzó ligeramente.—Su nombre es B-Bright...íbamos a hacer una pijamada...por eso está aquí.—Tragué saliva. La expresión en rostro de mi mamá cambió a uno suave y amable.—Oh bueno...Te llamaba porque, traje comida china para que cenes...—Me dijo con un tono dulce. Mi madre siempre se preocupaba por mi. Y eso siempre me pareció muy lindo, pero no quiero que se de cuenta, de lo que tenemos Bright y yo ahora.—Gracias mamá pero...ya comí...—Le dije.—Oh entonces lo pondré en el refri ¡Diviértanse!— Me sonrió, y bajó las escaleras, por suerte mi padre no estaba en la casa, porque si no, quizás le hubiera dicho a Bright que me ayude a conseguir chicas, y justo ahora que estoy reconsiderando mi bisexualidad.

—Ya se fue..—Susurró Bright cerca de mi oído mientras desataba el nudo que le había hecho a mi bata de baño.—Ni si quiera lo pienses..—Contesté, no puedo arriesgarme a que me descubran teniendo sexo. Quiero ahorrarme la vergüenza. Iba a cerrar la puerta, cuando mi madre volvió a aparecer, brinqué por el susto.—Win hijo hace un momento tus piernas temblaban como fideos ¿Tienes frío acaso?—Me ruboricé un poco, miré a Bright, tenía una sonrisa malhechora en sus labios. Volví a mirar a mi madre.—Si mamá le atinaste...—Hablé, tratando de no salir corriendo. Minutos después apareció con una gran manta, para mi.