Ya había pasado una semana desde lo ocurrido y aún me sentía avergonzado ¿Por qué hice eso? ¿Y si mi madre nos descubría? Ya no puedo ver a Bright a los ojos sin sonrojarme o salir corriendo, a pesar de que últimamente ya no hablamos mucho, porque estamos a pocos días de acabar el año escolar, volvió a visitarme por las noches. Y eso me alegra.
—¿Win?¿Escuchaste lo que te dije?—
—O-Oh..No p-perdón Mix..—
Oh si olvidé mencionar muchas cosas más, como el hecho de que Gigie desapareció por completo y sin dejar rastro, ya no me siento culpable y tampoco le guardo rencor por lo que me hizo y dijo pero...No quiero que regrese y espero que no lo haga. Ahora solo somos Love, Mix, Earth, Gun y yo, aunque Atthaphan se fue de vacaciones desde hace dos días a Brasil.
—Lo que te decía era ¿Cómo vas a ir al baile de graduación?—
—Mmm...no voy a asistir.—
—¡¿Qué?!—
—Si...yo n-no m-me agradan mucho las fiestas..—
No me agradan desde lo que pasó la última vez.
—¡Vamos tienes que ir!—
—N-No lo se...—
—¡Va ser fantástico! El año pasado todos fuimos vestidos de profesiones diferentes, este año nos toca ir disfrazados de la época antigua, los 70, 40 la edad media y muchas más.—
—¿D-De época?— Tartamudeé.
—Si...a nosostros nos tocó la era medieval.— Me dijo.
—¿M-Medieval?— Pregunté.
—Si esa, a ustedes los años cincuenta.— Respondió.
—Oh..— Musité, ni siquiera estaba enterado.
—¿Entonces?—
—Quizás...valla.—
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Escuché unos ligeros golpes en mi ventana y me levanté, vi sus ojos azules brillas a través del cristal. Con mucho cuidado abrí el seguro y lo dejé pasar —¿Qué haces aquí?— Susurré. —No quería esperar hasta mañana para verte, además ya me cansé de que me evites.— Habló en un tono bajo y algo ronco mientras se acercaba a mi. Solté un pesado resuello cuando me tomó con fuerza apegándome a él, algo que siempre hace, nunca me canso de ello, y rápidamente posó su rostro en mi cuello escondiéndolo ahí, causando que temblara al sentir su nariz tocar mi piel. —Y-Yo n-no he estado evitándote...solo m-e sentía algo avergonzado..— Le hice saber.—¿Quieres ir al baile conmigo?—Me preguntó, la piel se me erizó porque al instante en que me lo dijo, su nariz subio hasta el lóbulo de mi oreja. —¿Y-Yo debería ir?Y-Yo no tengo disfraz...— Me excusé.—Ya estás disfrazado..—Me dijo.—¿Q-Que? N-No t-te entiendo...—Le respondí mientras lo miraba a los ojos.—Estas disfrazado del chico que me gusta.—Sentí que mi estómago se llenaba de ranas de nuevo, saltaban de un lado a otro sin parar y alocadamente.
—¿Aceptas?—
—Voy a ir pero con una condición...—
—¿Cual?—
—No debes alejarte de mi esa noche.—
—Fácil.— Respondió.
—Pero...¿Por que quieres que valla?—
—Eso te lo diré después.—
—A si también vine por otra cosa.—
—¿Que?— Dije con curiosidad.
—Quiero que conozcas a mis padres..— Habló.
—O-Oh..¿Cuándo?¿Mañana?— Pregunté.
—De hecho en cinco minutos.— Soltó de repente.
—Oh entonces..¡Espera! ¡¿Qué!? ¿Ahora?—
—Si...¿Por qué no?— Habló con un tono tranquilo, calmado, mientras yo no sabía ni donde meterme en ese instante.
—E-Estoy con pijama.—
—Puedes ir así.—
—Y-Yo..
No tuve oportunidad ni de terminar mi frase y en un abrir y cerrar de ojos estaba en la espalda de Bright, le di un golpe para que me vajase, pero no funcionó. Me aferré a él fuertemente con miedo a caerme. —¿Estás listo?—Me preguntó, pero no respondí. Se paró al borde de mi ventana, el aire frío de la noche chocó con mi rostro, pegó un gran salto hacia el árbol que estaba en frente y así sucesivamente ¿Acaso está loco? Si alguien nos hubiera visto, hubiera pensado que un gigante mono se escapó del zoológico y que ahora rondaba por el bosque, en la noche y en busca de comida. A penas y podía abrir los ojos, iba tan rápido que hasta sentí que mis pantalones se caerían.
De repente nos encontramos en una pequeña pradera, ¿o era un jardín? Sin embargo, se mantenía la penumbra del bosque; no remitió debido a que las inmensas ramas de seis cedros primigenios daban sombra a todo un acre de tierra. La sombra de los árboles protegía los muros de la casa que se erguía entre ellos, dejando sin justificación alguna el profundo porche que rodeaba el primer piso. Definitivamente, esta no era la misma casa de la anterior vez.
No sé lo que en realidad creía encontrarme, pero definitivamente no era aquello. La casa, de unos cien años de antigüedad, era atemporal y elegante. Estaba pintada de un blanco suave y desvaído. Tenía tres pisos de altura y era rectangular y bien proporcionada. El monovolumen era el único coche a la vista. Podía escuchar fluir el río cerca de allí, oculto en la penumbra del bosque. Me tomó de la mano de forma casual, sin pensarlo.Caminamos hacia el porche a la densa sombra de los árboles. Sabía que notaba mi tensión. Me frotaba el dorso de la mano, describiendo círculos con el dedo pulgar.Me abrió la puerta.El interior era aún más sorprendente y menos predecible que el exterior. Era muy luminoso, muy espacioso y muy grande.
Lo más posible es que originariamente hubiera estado dividido en varias habitaciones, pero habían hecho desaparecer los tabiques para conseguir un espacio más amplio. El muro trasero, orientado hacia el sur, había sido totalmente reemplazado por una vidriera y más allá de los cedros, el jardín, desprovisto de árboles, se estiraba hasta alcanzar el ancho río. Una maciza escalera de caracol dominaba la parte oriental de la estancia. Las paredes, el alto techo de vigas, los suelos de madera y las gruesas alfombras eran todos de diferentes tonalidades de blanco.
Bright sonrió y yo solo atiné a esconderme detrás de él, realmente no podía ver a sus hermanos a la cara, la última vez que nos vimos estábamos en una situación algo vergonzosa.
Pero después de todo la noche no fue tan mala, todos fueron muy amables conmigo, como si fuera parte de su misma familia, quizás fue por la mirada penetrante que les lanzaba Bright a sus hermanos, cada vez que alguno levantaba demasiado la vos o se acercaba demasiado a mí.
Aunque el insignificante hecho de que no me dijera para qué quería que fuera al baile me atormentaba.
