1

4.1K 216 25
                                    

Era relajante ver el agua caer de la pequeña cascada. Venía seguido aquí,al bosque un poco alejado del pueblo, simplememte para admirar la naturaleza o a leer. No pasaba mucho tiempo en el pueblo y si lo hacía estaba de aquí para allá,haciendo los recados para que después me den mi buen dinerito así poder sobrevivir.

Vivía sola,en aquella casa un poco solitaria, pero así me gustaba,o eso quería creer. No tenía familia,así que me cuido yo misma,no me molestaba,pero de igual manera era cansado.

Hoy era domingo. Tenía día libre,así que iba a usar ese tiempo a descansar todo lo posible ¿Por qué no usar ese tiempo en el bosque?,descansando mirando aquel pequeño y relajante arrollo.

Levante mi cabeza al oír un ruido,una rama romperse. Me levanté y se sacudí mis prendas donde se quedaron algunos ramitas y hojas pegadas.

Un quejido y después un ruido en secó. Un niño pequeño se acababa de caer enfrente mío. Se levantó lamentándose y sacudió toda su ropa que quedó cubierta de tierra, se sobó su cara y dirigió su mirada a mi.

— Oh. Por fin — Se veía aliviado. Su cara estaba un poco sucia y tenía algunos trozos de ramitas y hojas en el cabello— Hola — Saludo apenado.

Ladee mi cabeza y lo mire de arriba abajo. No era común ver a niños lejos del pueblo  y más en el bosque solo.

— Hola — Respondí después de unos segundos — ¿Que haces aquí solo? — Volví a tomar asiento en el suelo y mire de nuevo el arrollo — Tus padres te van a regañar. Vuelve a casa, niño.

— Es que...— Lo mire de nuevo. Pude notar su nerviosismo y como su mirada se dirigía a todos lados— Es que me perdí — Lo mire unos segundo y después dirigí mi marada de nuevo al arrollo — Oiga, señorita — Hice un movimiento de cabeza para que siguiera hablando — Usted...¿Usted sabe cómo volver de regreso? — Suspiré resignada y levanto mi mirada hacie el,hoy era mi día libre,claro,lo era. Me levante de nuevo y me di media vuelta para verlo.

— Vamos,te llevo de regreso — Extendí mi mano,para que la tomara. El sonrió aliviado y vino corriendo hacia mi,tomo mi mano y empezó a seguirme.

— Muchas gracias. Llevo desde la mañana aquí y temí no volver nunca a mi casa. Soy Antonio por cierto,pero me dicen Toñito. ¿Cómo te llamas tú? —Suspire pesadamente sabiendo que el camino no iba a ser silencioso.

— Soy ____.

— Pues mucho gusto, ____ — Me sonrió mostrando su dentadura. Eleve un poco mis comisuras de mis labios intentando sonreir.

— El...gustó es mío, Toñito.

°•°•°•°

— Bien,llegamos — Paramos al estar en la entraba del pueblo,mire al niño,esperando que salga corriendo a su casa,pero se quedó mirando un punto fijo,modiendose el labio — ¿No sabes llegar a tu casa? — Pregunté.

— Si...pero, — Me miro — ¿No quieres acompañarme hasta la puerta de mi casa, por favor? — Eso me desconcertó,¿Para que quería que lo acompañase?. Lo mire unos segundos para después sacarle una ramita de su pelo rizado.

— Vamos a tu casa,Toñito — Apretó más mi mano y sonrió.

No caminamos mucho,fueron unos pocos minutos y al llegar a dónde se supone que es su casa,pare mi caminar.

— ¿Pasa algo,____?.

— No me dijiste que tu familia son los Madrigal — Lo mire con el ceño fruncido.

Un don especial (Camilo Madrigal y tú)Where stories live. Discover now