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Mirabel se fue a la habitación de su hermana, y Bruno no quiso ir más allá de la habitación de Antonio.

Ninguno de los tres quiso ir con ella, por obvias razones. Era una discusión de hermana.

No de primos.

Ni de "amigas".

Mirabel le insistió que aunque sea que le acompañe, pero me negué rotundamente. Eran hermanas, ¿No debe ser tan malo pedir disculpas y después darse un simple abrazo, o si?.

Na.

Así que, Camilo y yo estábamos sentados a un costado de Casita, apoyando la espalda en la pared, mirando hacia la nada. Ninguno de los dos quería empezar una conversación.

Me arme de valor e inhale lentamente.

— Oye — llame su atención. Volteó de un movimiento rápido, haciendo que sus risos chocarán levemente con su rostro. Aparte la mirada sonrojada.

¿Desde cuándo era tan bonico?.

— Eh... Yo — coloco un mechón de su cabello suelto detrás de su oreja —. ¿En serio piensas que es difícil que te acepte una cita? — dudé en preguntar, pero aún así lo hice y de una manera rápida.

Silencio.

Silencio por unos largos dos minutos. Camilo se quedó pensando en su respuesta, queriendo evitar está conversación, pero sabía que ____ no lo iba a dejar pasar. Cuando tenía una duda, siempre se la sacaba.

— Eh... Bueno, no sé, yo, creo que no, o sea, digo ¿Tú... Aceptarías? — mordió su labio con impaciencia, viendo solamente la nariz y ojos de la chica, lo otro lo tapaba su cabello.

— No lo sé, ¿Yo creo que sí, no? ¿Por qué no?.

— ¿En serio? — se levantó de la pared, está vez viendo su cara completa, sonrió cuando noto que estaba sonrojada.

— ¿Si, no? Digo, nunca tuve una cita, ¿Qué tan malo sería? Además, tú me caes bien chimba, y siento que la pasarías bien — llevo sus piernas a su pecho y las abrazo.

— ¿Lo dices en serio? — Camilo se sentó en forma de indio en dirección a ella, bastante ilusionado. Sus ojos brillaron.

— Que sí — lo volvió a mirar, pero en seguida aparto la mirada cuando vió su sonrisa y hoyuelos.

¿Qué le pasaba?.

¿Por qué sentía que su corazón iba a explotar y porqué estaba tan roja?.

— Bacano — sonrió más, pero se obligó a tranquilizarse —. ¿Qué dices mañana? Antes de las fiestas — la vió levantar la cabeza de sus rodillas y mirarlo con los ojos levemente abiertos.

— ¿Mañana? — pareció meditarlo un poco, antes de asentir con una sonrisa tímida — mañana — afirmo.

Y Camilo no pudo sentirse tan feliz por eso.


— ¿Cómo dices? — Pepa giro a ver a su hija.

— Que Camilo tiene novia — repitió, doblando las cobijas de su hermanito.

— ¿Qué? — dejó caer la ropa en suelo, y observó a a su hija, intentando ver algún indicio de que lo que esté diciendo era una broma — ¿Camilo? ¿Estás segura? ¿Camilo? — vio a su hija asentir — ¿Quién? ¿Donde vive? ¿Es de su edad? ¿La conozco? — se acercó más a ella y la tomo de los hombros.

— Tranquila, ama.

— Pero, pero ¿Desde cuándo mi Camilito tiene novia? Eso es imposible, ¿Tú estás segura, hija?.

— Bueno... No es su novia, novia, pero, a Camilo le gusta — Pepa la miro unos segundos en completo silencio, hasta que se alejo de ella y empezó a mordisquear su labio, mirando el suelo.

— ¿Es esa chica, no? Em...— chasqueo varios dedos cerrando los ojos, intentando recordar su nombre — ¡____! — Dolores sonrió.

— Si, ella, es una chica muy educada y trabajadora, muy comprensiva, además es muy tímida respecto al romance, tardó varios días en empezar a captar las indirectas de Camilo, ¿Qué digo días? Por lo menos dos semanas. Además me enteré que viene de la familia Romero ¿Te acuerdas de ellos? Recuerdo que venían siempre a la casa, yo creo que sería buenas prometida para Camilo.

Silencio.

— ¿P... prometida?.

— Bueno, no creo que pa tanto, pero pa ser su novia yo creo que está chimba — dejo la sábana doblada a un lado y tomo otra.

— Bueno, es verdad lo que dices, eso no te lo niego. Trajo a Toño a casa cuando se perdió y cuido a Camilo esa vuelta — tardó varios segundo en seguir hablando, pues tenía el ceño fruncido, pensando — ¿Dijiste que venía de la familia Romero?.

— Mhn.

— Si me acuerdo de ellos, eran muy buenos, su madre era una muy buena amiga mía, es una lastima que muriera... — suspiro con pesades, con una mueca triste. Dolores dejo de doblar la sábana, volteando a verla.

— ¿Su...madre murió? — eso sí no lo sabía, y Dolores sabía todo.

— Los dos en realidad, su madre y padre — le comentó, empezando a doblar de nuevo la ropa.

— ¿Y está sola?.

— Ay, no sé, mija. La verdad esa niña me da una penica, la verdad, pero en el pueblo dicen que no quiere ayuda de nadie.

— Pero si hace poco escuché que hablaba de su hermano...

— ¿Hermano? — volteo a verla con los ojos abiertos — ¿Christopher? — Dolores solo se encogió de hombros —. Dios, hace mucho no veo a ese muchachito — se mordisqueo el labio —. Bueno, ya no debe ser un muchachito. Fíjate que no sabía nadica, tendré que averiguar por el pueblo — coloco una mano en su cintura y se quedó mirando el suelo pensativa —. Mientras tanto quiero hablar con Camilo sobre ____.

— Ay, ama, pobre Camilo.

— ¿Pobre de qué? Si es mi bebé ¿Qué le voy a decir? Namás voy a tener una charla con él — Dolores solo negó, sintiendo pena por su hermano.

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⏰ Last updated: Feb 20, 2023 ⏰

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Un don especial (Camilo Madrigal y tú)Where stories live. Discover now