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Si antes creía que la señora Patricia estaba loca porque hablaba con sus masetas todos los días a la mañana exactamente a las ocho en punto, fue porque no había conocido al tío de Mirabel.

Después del largue y, muy extraño viaje por el interior de las paredes de Casita, por fin encontramos la "cueva" de Bruno.

Era un hombre alto,con cabello largo y rizado, casi igual a Camilo, solo que este tenía la nariz más grande y sin pecas, y claro, restándole los cuarenta años de edad.

— ¿Tío Bruno? — le llamó Mirabel, torciendo la cabeza cuando Bruno se puso un balde en la cabeza y empezó a hablar con un tono de voz diferente.

Si, definitivamente ____ pensaba que estaba loco.

— ¿Mhn? — volteó al llamado,aunque solo giro el balde. Se lo quito de la cabeza y le sonrió a su sobrina — ¡Oh,si! Perdonen, me desvíe del tema — se fue y se sentó en su silla bastante rígido, hasta que vio la mirada que le lanzó su sobrina, largo un quejido mientras se dejaba caer en el respaldo cual gelatina —. Mirabel,ya hablamos de esto — extendió las manos con su ceño fruncido.

— ¡Pero,tío Bruno! — Mirabel se le acercó — ¡Puedes hacerlo, en serio, confía en mí! — Bruno volvió a negar.

No sabía de que estaban hablando,Mirabel no le había contado nada desde que hablaron en el pueblo y solo se dedicaron a caminar en silencio. Al principio pensé que sería roto por Camilo, pero este estaba extrañamente tenso, supongo que por ver a su tío quien creyó que probablemente había muerto o de lo mucho que hablaban mal de él, cualquiera de las dos es posible.

Instintivamente miró al nombrado,estaba estaba en una esquina,mirando fijamente al de ruana verde. Sus manos estaban juntas pegada a su torso, mientras se mordía la esquina de su labio inferior.

Estaba totalmente nervioso y asustado.

— Pss — le chisto. Vió como este volteo en seguida a su llamado y ella le sonrió para que se tranquilice. Por tal cosa,era obvio que el moreno se tranquilizara al ver como le sonreía con sus hermosos dientes.

— ¡Ándale, tío Bruno, mira, hasta traje a mi amiga y mí primo pa ayudar! — los dos volvieron a ver la discusión que tenían aquellos dos. Mirabel justo sus manos e hizo un puchero con sus labios.

— Mirabel, sabes que no puedo hacerlo, prometí que jamás lo haría.

— ¿Perdón por interrumpir,no? Pero, ¿De qué exactamente están hablando? Porque necesito un contexto — interrumpí.

— Necesito que el tío Bruno vea una visión.

— ¿El-El futuro dices? — tartamudeo Camilo.

— ¡Y ya dije que no!.

— ¿Por? — se acercó un paso más a ellos. No entendía el porque estaba tan intranquilo con la idea de ver el futuro. ¿Quien no querría?.

— Porque, si veo algo que nos les gusta, van a decir lo mismo que los demás, "Bruno esto, Bruno lo otro, Bruno solo ve cosas malas".

— No creo que solo veas cosas malas — se acercó otro paso —. ¿También ve cosas buenas, no?.

— Claro que sí, pero a la gente solo le importa las cosas malas, por esa razón, a nadie le gusta el futuro.

— ¿Y aún así le pedían que viera sus futuros? No creo que usted haya tenido la culpa, Bruno — estaba claro que no. El se quedó un rato en silencio, bajo la mirada y se quedó pensativo. ____ sabía perfectamente que Bruno sabía que el no tenía la culpa, pero aquellos comentarios que la gente le hacía le hicieron pensar lo contrario. Sintió pena por ese hombre.

— Si, tío Bruno — Mirabel se acercó a el y se agachó,quedando en cunclillas —. Por eso necesito tu ayuda, necesito saber que es lo que pasaba con Casita, con Encanto, con la magia.

Está vez ____ se sorprendió por el tono que usaba Mirabel. Varias veces la había consolado y ayudado, pero nunca la había hablado con ese tono tan tranquilo y suplicando, como a la vez desesperado. Realmente quería salvar la magia.

— Bien, pero ¿Dónde se supone que lo haremos? Debe ser un lugar muy grande.

— Pueden usar mi habitación — los tres voltearon asustado a la "entrada" de la habitación, dónde Toñito estaba parado, con su jaguar a un lado y a su tucán en el brazo. Camilo se asusto tanto, que casi se cuelga de la espalda de ____ —. Las ratas ya me dijeron todo — señaló a los animalitos, y sonrió a su dirección —. Tranquilos, no diré nada.

Mirabel de inmediato sonrió, volteando a ver a su tío. La muchacha sabía cómo conseguir lo que quería, y eso, para ____, era digno de admiración.

— Ya que — se encogió de hombros el mayor de los cuatro. Mirabel soltó un chillido.

— Oh, si, que bien, si, yo, casi se me sale el corazón — aún seguía en su espalda, tomando con fuerza la parte de arriba de su vestido y con la cara en ella —. Oye, sumercé, huele a vainilla — le comento, aún con la cara en su espalda. Su cara se transformó en un tomate de repente.

Mirabel sonrió, cómo cualquiera admiradora de aquellos dos, y Bruno se les quedó mirando, sin entender nada, mientras Toñito,estaba más concentrado en sus animalitos que en ellos.

— Gracias — le dijo, casi en un susurro.

Cuando sintió que había sido mucho, Camilo se aparto de ella de un salto, casi a cuatro pasos, mientras volteaba su cabeza para que sus risos tapen su rostro, que empezaba a deformarse, cómo siempre se le hacía cada vez que se sonrojaba.

— ¡Bueno, vamos a la habitación de Toñito! — Mirabel, cómo siempre, tomo a los dos de los brazos con entusiasmos y empezaron a salir de la habitación de Bruno, seguido de él, claro.

Un don especial (Camilo Madrigal y tú)Where stories live. Discover now