Capítulo III

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-¿Ha tenido alguna vez pensamientos suicidas?

Kiara se acomodó en el sillón y cruzó las piernas. El psicólogo, frente a ella, esperó la respuesta con ojos precavidos.

-No.

-¿Intentos de auto-lesión?

-¡No!

Él apuntó en su libreta sin mirarla siquiera. Kiara llevaba ya casi un mes de tratamiento en aquel estúpido y horrible centro. Más de setenta horas de terapia con aquel tipo pretencioso y sabelotodo. La había obligado a relatarle todo. Desde sus primeros recuerdos hasta el día anterior a ingresar allí. Había hecho especial hincapié en Hell. Mucho hincapié. Había hecho todo tipo de preguntas, desde la forma en la que hablaba hasta cómo se dirigía a ella. Incluso un retrato de su vida había tenido que hacer. Kiara estaba hasta las narices de estar encerrada, incomunicada y por supuesto, asfixiada. Ni siquiera la dejaban fumarse un maldito cigarro.

-¿Episodios de bulimia o anorexia?

-Oiga, míreme y deje esa maldita libreta. No soy tan estúpida como para hacerme daño a mi misma.

El psicólogo la miró. Kiara alzó las manos esperando que dijese algo.

-¿Cómo catalogaría del uno al diez el efecto que en usted tienen en su salud las drogas, ya sean legales como el alcohol y el tabaco, o ilegales?

-Son cosas distintas. Yo no bebo para hacerme daño.

Volvió a escribir en la libreta y esta vez Kiara creyó que lo mataría. Si continuaba escribiendo y haciendo como si no estuviese allí lo mataría.

-Dígame tres palabras con las que relaciona al señor Capobianco.

-Ya he contestado esa pregunta antes.

-No es una pregunta.

Kiara resopló. A veces pensaba que solo lo hacía para hacerla enfadar, para desgastarla mentalmente y no para ayudarla. Aquel imbécil creía que estaba loca.

-Adicción.

El Dr. Thompson apuntó como si no lo supiese ya.

-Infierno.

-Explíqueme ese término.

Kiara apartó la mirada pero después lo miró desafiante. No iba a explicar nada.

-No hay nada que explicar.

-Creo que sí lo hay.

-El infierno es una metáfora bastante irónica – Kiara hizo rodar un par de anillos en sus dedos -. Para empezar el nombre del “señor Capobianco”. Hell es un buen nombre dado quién es.

Éxtasis (Saga Adrenalina II)Where stories live. Discover now