Capítulo XIII

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Kiara dio la vuelta al folleto y leyó con los labios entreabiertos. Notó como se le aceleraba el pulso. Llevaba así toda la mañana y seguía con la misma emoción. Amor a primera vista.

-¿Qué es eso? - preguntó Yvonne sentándose a su lado en el sofá del salón común.

-Una hoja informativa.

-¿Sobre qué?

Le arrebató la hoja casi sin mirar y leyó en voz alta.

-¿Te gusta el arte?

Kiara asintió.

-¿Y por qué no asistes? Por lo que pone aquí no es muy caro, y más siendo en La Escuela de Artes Visuales... Bellas Artes, ¿eh? No me lo esperaba de ti, eres una caja de sorpresas.

-¿Y con qué dinero voy a pagar la matrícula?

Yvonne la miró como si fuese idiota. Aquel día llevaba un vestido corto, demasiado para ser invierno, y el pelo recogido en un moño. Kiara prefería su pijama de renos que no se había quitado en todo el día.

-Con el de Hell – murmuró con una mirada cómplice -. ¿No has hablado con él hoy?

-No voy a pedirle dinero – contestó, y se ruborizó interiormente.

-¿Por qué no? Tampoco tiene por qué regalártelo, siempre puedes hacerle algún trabajito...

Kiara la golpeó en la pierna y rio.

-Me refería a jardinería y limpieza del hogar, por supuesto, todo trabajo honrado. ¡Qué mente más sucia, por favor!

-No voy a pedirle nada a Hell. Ya está haciendo bastante.

Yvonne volvió a mirarla mal.

-Déjame que me aclare: ni te lo tiras ni le sacas dinero. ¿Para qué lo quieres entonces?

Kiara se encogió de hombros. Yvonne estaba bien para reírse un rato pero no iba a contarle sus cosas si es lo que esperaba, y mucho menos iba a hablarle de Hell. Pero tenía razón, debía buscar algún modo de conseguir el dinero. Asistir a esa escuela podría ser su salvación. Por primera vez en mucho tiempo volvía a sentir ilusión por algo que no fuese Hell.

-¿Y si le pides trabajo a mamá? - propuso Yvonne.

-No quiero trabajar de puta – lo dijo lo más delicadamente que pudo.

-No, no me refería a eso, aunque te pagarían bien porque tienes una cara bonita... Quiero decir de Lady.

Kiara arqueó las cejas.

-Lady es puta.

-Sí, claro, pero solo harías de camarera tras la barra. La primera parte del trabajo, por así decirlo.

-No sé trabajar de camarera. Ni siquiera sé si podría llevar ese tipo de ropa.

-El alma de guarra la tienes – insistió Yvonne -. Solo te falta algo de entrenamiento.

No supo si sentirse ofendida por eso pero en parte tenía razón. Lo putón no se lo quitaba nadie. Provocar sabía, pero no pensaba hacer nada más. Conseguiría de otra forma el dinero.

No supo cómo se vio arrastrada hasta el despacho de Rosa, pero cuando quiso darse cuenta ya estaba firmando un contrato. Mamá Rosa dijo que estaba muy bien aquello, que era lo correcto. Una mujer debía valerse por sí misma. Era fácil decirlo para ella, que estaba forrada, vestía Channel hasta para ir al baño y era dueña del club de alterne más importante de Nueva York. Sí, para ella era muy sencillo. Pero Kiara estaba sola. No había trabajado en su vida y lo único que se le daba bien era dibujar y las matemáticas. En ningún sitio quieren a alguien a quién se le den bien esas dos cosas.

Éxtasis (Saga Adrenalina II)Where stories live. Discover now