1

4.7K 309 46
                                    

Otoño. Las hojas de los árboles se veían de varios colores, maltratadas porque pronto debían caer con la llegada del invierno, y se amontonaban en el camino por donde pasaba Harry mientras la brisa parecía acariciar sus rulos con cada paso que daba. Estaba regresando del trabajo con pereza, sin poder esperar el momento en el que llegara a casa y se sentara a ver su programa de cocina favorito. Para ser un alfa, antes de vivir solo, era juzgado por la decisión de ver tales cosas. Estaba impuesto que debía ver programas de deporte, luchas, carreras. No esas "mariconadas" que eran para los omegas.

Al llegar a su piso, pudo ver un montón de cajas acumuladas en el pasillo que le impedirían llegar a su puerta. A su lado, se encontraba un chico. Era bajito y usaba un vestido levemente ajustado. Gracias a su contextura pudo descifrar que era un omega. El olor dulce a vainilla y jazmín cautivó sus fosas nasales, al mismo tiempo que verlo intentar levantar una caja lo hizo fruncir el ceño.

—Déjame ayudarte.

Murmuró provocando un saltito del chico, que lo miró un poco asustado por la voz gruesa.

—Oh, gracias, señor. Le juro que no podía levantar esto.

Respondió alejándose de la caja, mordiendo levemente su labio, dejando verse un poco más a aquel alfa que estaba dispuesto a ayudarlo.

Sin decir una palabra más, levantó la caja y pidió permiso para entrar al departamento del omega. De pronto, pudo notar el aroma hogareño que emanaba, por lo que pudo concluir que ya llevaba unos días allí. Qué raro, no lo vió antes y su departamento quedaba al frente.

—¿Dónde lo dejo?.

—Por ahí, por favor... Gracias por ser tan amable, ya me veía cargando todas las cosas yo solo.

Harry no dijo una sola palabra del por qué un omega tan joven se encontraba haciendo estas cosas de alfa solo. Tampoco faltó el respeto cuando notó que algunas cajas tenían ropa pequeñita para bebé.

—No te preocupes... Puedo seguir ayudándote.

Su sentido de protección iba dirigido a él, porque seguro estaba ayudando a un hermano o hermana omega que pronto llegaría con su alfa.

—Ay, no te quiero molestar. Con esa caja fue suficiente, gracias...

—No es una molestia. En serio.

Incluso si estaba cansado o fastidiado por el trabajo, su madre siempre le enseñó a ser respetuoso.
Pero no va a mentir que la sonrisita que le dedicó era reconfortante.

—Está bien... a mi alfa no le gusta mucho la idea de que esté con otro alfa, pero ya que él no es de mucha ayuda ahora, se las aguanta.

Rió volviendo a levantar las cajas y bolsos que se encontraban tirados, y Harry sintió algo raro en su estómago. Si él fuera su alfa, no le gustaría que un extraño se encontrara cerca de su omega, mucho menos si no tenía una marca.

Pero bueno, no pudo decir mucho cuando él se inclinó para levantar algo y pudo tener una mirada exclusiva de su parte trasera.

Quitó la mirada de inmediato, sin querer pensar tanto sobre quién o cómo era ese hombrecito frente a él.

—Por cierto, ¿cómo te llamas?. Eres muy callado.

—Harry.

—Umh, un gusto. Soy Louis Tomlinson.

—Styles.

Esa sonrisa de nuevo. No entiende cómo lo llegó a cautivar tanto, que no le importaba si estaba cansado o él tenía un alfa, sólo quería ayudarlo.

ɪᴠʏ [H&L]Where stories live. Discover now