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—Es una pena que el nido haya quedado en la ciudad, me hubiera gustado tenerlo aquí.

—Te prometo que haré otro en poco tiempo, pero ven, quiero mostrarte qué es en lo que estuve trabajando este tiempo.

Ya habían pasado unos tres días desde su llegada a aquella pradera para instalarse en su nuevo hogar, y por suerte aún no había señal de Adam alrededor. Ruega que jamás los encuentre, que esto se quede en un punto que nadie más pueda reconocer.

En este momento no se encontraban en casa, estaban en el cobertizo que esta a pocos metros de ellos. Harry le pidió que lo acompara después del almuerzo para mostrarle una sorpresa de la cual estaba muy emocionado.

Esos días en los que estuvieron juntos fueron tranquilos. A la mañana se despertaban, tomaban una ducha, hacían el amor y luego se dedicaban a limpiar y acomodar la casa. Comían el almuerzo, volvían a tener sexo, comían las frutas o chocolates que compraba Harry en el pueblo que estaba cerca de ellos, dormían una siesta abrazados y luego despertaban para comer, ver televisión y volver a dormir sin ningún impedimento pronto que los interrumpiera.

Louis no sabe por qué dice que la vida cambia en convivencia con alguien. Ambas veces que lo hizo, preservó las imágenes de ambas personas. Una agresiva siendo violento con él, y una amorosa siendo cariñoso y pegajoso todo el tiempo.

Lo que pudo notar era que Harry aún seguía cuidándolo todo el tiempo por si alguien no deseado se aparecía, aunque estuvieran prácticamente en medio de la nada.

No tuvieron comunicación con nadie aparte de los padres de Harry como prometieron que harían, y a pesar de haber pasado poco tiempo, Louis adoraba tenerlo con él todo el rato.

—No... dime que es mentira, no te creo.

Chilló cuando entraron en el cobertizo, abrazándolo por un costado, sin poder contener su sonrisa de boca entreabierta. Realmente no se esperaba despertar y ver algo tan bonito frente a sus ojos.

—¿Te gusta?.

—¿En serio hiciste esto?, ¿para mí?. Es, es increíble, es bella, es preciosa. Me encanta, la adoro.

Gritó fuertemente yendo rápidamente a verla y abrazarla, sintiendo la madera dura y delgada. Era una cuna hecha por su hombre, con sábanas de ositos y una pequeña almohadita. También tenía un peluche de ranita.

—Para nuestro cachorro, omega. Pensé en ustedes todo el tiempo mientras la estaba haciendo, espero que te guste.

—Me gusta demasiado, es perfecta, yo... Harry, vas a ser un padre increíble.

Él lo miró con sorpresa, desorbitado. Eso era lo que necesitaba él y su alfa, la puerta abierta donde Louis le dejaba ser también parte de la vida del pequeño que iba a nacer dentro de poco. Quizás nunca lo puso en palabras explícitas, pero él también quería que Louis sintiera que él podía ser un padre para el chico. No sólo un padre, un buen padre.

Lo abrazó por la espalda, disfrutando su aroma un poco más fuerte, metiendo su cabeza en su cuello cuando él lo dejó al levantarla. No sabe si fue por el momento o porque su celo estaba cerca también, pero quiso morderlo. Louis lo notó, lo quiso, y por un segundo pensó que lo haría, pero no. Se separó de él, dejando un besito en su mejilla.

—Espero serlo, en serio. Nada me gustaría más que estar a la altura para ello.

Pero no estaba a la altura, la sobrepasaba y más. Quería a ese niño como si fuera suyo, lo amaba y ni siquiera había nacido aún. Nunca pensó que eso le pudiera llegar a pasar a alguien, lo escuchó pero nunca pensó que le llegara a pasar a él. Su alfa se alertaba de sólo pensar que le llegara a faltar algo. Quería ser como su padre, tiene los mejores recuerdos con él. Le hubiera gustado que conociera a Louis, así sabría qué esperar por cómo fue educado. Sabe que si hubiera sido así amaría a su omega, y si lo está mirando desde algún lado, desea lo mejor para ellos. Louis sabe que no podría pedir un mejor padre que él.

ɪᴠʏ [H&L]Where stories live. Discover now