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Pasaron unos días en aquel hotel. Harry eventualmente volvía a su casa a veces, intentando pasar desapercibido de Adam, como si él no tuviera la más mínima idea de dónde se encontraba Louis. En algún momento se lo preguntó, hasta dos veces, pero al momento en el que Harry le preguntaba alguna razón o si él se encontraba bien, Adam cambiaba de tema y se iba rápidamente.

—Louis, joder...

Pero Harry sabía muy bien dónde se encontraba Louis. Adam no tenía por qué saber qué estaba de rodillas en el piso (específicamente sobre una manta), haciendo tantos actos impuros que no se acercan a específicamente rezar.

—Mierda, así. Justo así.

Harry sostenía el cabello de Louis con sus dos manos, moviéndolas a un ritmo definido de arriba a abajo. No había forma de callarlo, y el contrario disfrutaba de manera exagerada porque le estaba haciendo saber que lo estaba complaciendo. Se la estaba chupando muy bien.

Se separó cuando vio que Harry necesitaba respirar, agitado, casi como si estuviera a punto de desmayarse.

—¿Te gusta, alfa?.

Se miraron a los ojos, casi abatido por su pregunta. Louis era demasiado por soportar. Intentaba concentrarse en varias cosas a la vez para no correrse rápido.

—Sí, Dios... Eres, eres el mejor.

Por supuesto, eso era algo que Louis sabía.

Aumentó la intensidad en el momento en que luego de unos cuantos besos en su miembro volvió a metérselo en la boca, concentrándose en la base con sus manos y pasando la lengua por la punta.

Estaban solos, por primera vez. No tenían miedo que Adam apareciera detrás de la puerta, y eso era un incentivo mayor para que pronto se escaparan lejos de esa horrible ciudad muerta. Ellos estaban tan emocionados por empezar de nuevo, por estar solos, por la llegada del bebé.

Quizás lo que más le puso caliente a Harry era el hecho de que ya no tendría que preocuparse por sus tontos celos. Louis le susurró que tanto el cachorro que lleva ahora como los próximos que vendrán, sólo serán de él.

Quizás era porque su celo estaba cerca, pero eso lo hizo sentirse más posesivo y lujurioso con su Louis.

—Mierda, ven aquí.

Lo levantó por los codos cuando hizo un esfuerzo terrible en intentar parar la mamada que le estaba brindando, sabiendo que algo mejor lo esperaba. Su entrada húmeda y su exquisito aroma a vainilla y jazmín. Cuando lo sentó en su regazó, olfateó con ganas su cuello, dejando besos mientras Louis no podía parar de sonreír.

—Quiero que me montes.

—¿Montarte?, ¿no prefieres estar arriba?.

Preguntó Louis en susurro, desesperándolo aún más con su tono, sabiendo que aunque terminaría haciendo lo que le dijera, quería que se lo ordenara. Quería que lo mandara, lo tomara con todas las fuerzas de su alfa, quería ser suyo. Sabía que nunca lo dañaría, ni a su bebé.

—Louis...

—¿No quieres ver cómo me das contra la cabecera de la cama?, ¿o no quieres ver mi trasero mientras te corres, marcándolo por completo?. Pídelo, alfa, pide lo que quieres y te lo daré.

Dejó besos en su mejilla y sus labios, casi en toda su cara. Jodido Louis, con su cara de inocente andando por la vida y mirándolo con esos ojos de bambi. Quién diría que terminaría siendo un lobo.

Era por primera vez el omega más dominante que había visto.

—Móntame. Quiero verte subir y bajar sobre mí, quiero verte a la cara y sentir cómo te mojas más, y más... Sabiendo que no te preparé lo suficiente porque no lo necesitas, ya estás lubricado y abierto por ti...

ɪᴠʏ [H&L]Where stories live. Discover now