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tw!: mención de una escena algo "fuerte", a partir del primer "[...]" saltarlo al próximo capítulo si no desea leerlo. se dará un resumen para no perder el hilo de la historia.

Habían pasado tres días desde la última vez que vio a Harry.

No había pasado demasiado. Su suegra seguía con él, su marido extrañamente no lo había golpeado en ningún momento, ni siquiera cuando se olvidó decirle que saldría un momento en busca de algo dulce -lo cual era mentira, sólo salió para ver si lograba cruzarse con Harry, y terminó hablando un rato con Paul-. También habían tenido una cena con Zayn, Liam y Taylor. Pero no importaba con quién estuviera o qué hiciera, nada podía sacarlo de esa tristeza, de ese vacío que sentía en su pecho al no estar al lado del rizado. Se tomaba quince minutos para llorar en el baño tres veces al día, no preparaba cositas dulces y no podía dejar de ver televisión, tratando de ocupar su mente en cualquier cosa que no sea él.

Cualquiera diría que sufre de dependencia emocional, en donde siente que si no está con la persona que ama inmediatamente se siente inútil, vago, como si su vida no tuviera más propósito que amar. Amar, amar y amar. Pero él le llama así, amor desmedido. Y hará lo que sea por tener el perdón de Harry, incluso si tiene que sacrificar lo que sea.

En la cena con sus amigos, parecía un fantasma. No es como si él hablara mucho cuando Adam está presente, pero ni los chistes de Zayn, ni las imitaciones de Taylor o los anécdotas de Liam pudieron traerlo un poco más a la realidad.

—¿Qué haces aquí?.

Ni siquiera se dio cuenta cuando estuvo en el pie de la puerta, con su mano adolorida de tanto tocar, ignorando las ventiscas que entraban por la ventana. Se abrigó lo suficiente para que ni él ni su hijo las sintiera.

—Te necesito.

Susurró entrando a la casa, cerrando la puerta y abrazando el cuerpo de Harry con más fuerza de las que normalmente tiene un omega en su estado. Pero no recibió un abrazo de vuelta, no recibió ninguna de las respuestas que él estuvo imaginando que le daría.

—Louis, quítate, por favor.

No hizo caso. Sólo logró que se apretara más, que intentara esconder su cabeza en su pecho, siendo rechazado por su alfa.

—Alfa... por favor, ya han pasado días desde lo que pasó, ¿podemos olvidarlo y seguir amándonos?.

—¿Qué?, no. Claro que no. Sigo estando molesto contigo, omega, y no estoy listo para hablar de todas formas.

Al ver que de ninguna forma lograría correrlo, caminó hasta su sofá y se sentó, cansado. Había tenido un mal día en el trabajo por culpa de unos mocosos mal portados, y sólo quería llegar a casa a relajarse.

—¿Qué tengo que hacer para que me perdones, Harry?. ¿Quieres algo?, ¿quieres que te ruegue?, ¿que te la chupe?. Si ni siquiera hablas no puedo saber qué podemos hacer para solucionar esto...

—Oh, claro, lo que mejor sabes hacer...

Murmuró, pero jura que no fue con esas intenciones, ni siquiera sabe de dónde salió. Pero lo dijo, y las palabras que no están escritas en un papel no se pueden borrar.

—¿Qué dijiste?.

Louis frunció el ceño. Se estaba cansado de esto. Si quisiera a alguien para que lo trate mal, buscaría eso en Adam porque es lo que siempre recibió de su parte. Eso y nada más. No Harry, no su dulce amado, no la persona que le mostró que más allá de la violencia y la pasión podía haber alguien que lo tratara con respeto y con cariño.

—Oh, ahora soy una puta para ti por lo tanto no merezco el mínimo respeto.

—No, no, Louis... No fue lo que quise decir, se me salió. Lo único que quiero es espacio. No favores sexuales. No a ti llorando ni rogándome. Sólo... espacio, tiempo para pensar las cosas. No quiero tratarte mal cuando aún estoy celoso por lo que vi el otro día.

ɪᴠʏ [H&L]Where stories live. Discover now