ɪᴠʏ [H&L]

12

Harry cerró la puerta con su pie porque sus manos estaban demasiado ocupadas tratando de evitar que Louis se alejara lo suficiente para romper la unión de sus labios. Parecía ser que el único motivo válido por el que podían hacer eso era para quitarse las prendas, no por la temperatura, sino por el plan que se estaba formando, y ninguno de los dos trataba de detener.

Poco a poco y en ropa interior, se fueron recostando en el nido que Harry le había construido, rodeados de almohadas y cobijas, que contrarrestaba el frío del exterior siendo apoyado por los ligeros movimientos de ambos en un intento por restregarse.

Lo admitían, podía ser un poco incómodo con la panza de Louis "estorbando", pero al estar tan cegados no podían tomarle tanta importancia. Ni a aquello, ni al hecho de que Louis aún tenía su anillo de matrimonio en su dedo.

—Te amo.

—Louis...

—No, lo sé. Esto es la cosa más loca que he hecho, yo jamás había engañado a mi esposo, pero... eres tú. Eres tú, el amor de mi vida, lo puedo sentir. Quizás yo no lo soy para ti, pero juro que es tan fuerte que duele...

—Louis, hey, cariño. Yo siento lo mismo, ¿sí?. Todo lo que estás diciéndome, lo sé. Lo siento también. No trates de explicarte, también eres el amor de mi vida.

Louis lo miró unos segundos a los ojos, asombrado. Podía notar ese brillo en ellos, la adoración. Transmitían el mismo cariño que sus caricias prohibidas, que sus pasadas ilícitas, que sus besos perfectos.

—Te amo.

—Harry... tómame.

Murmuró en susurros, llevando sus manos un poco más abajo, con la respiración agitada. Probablemente Adam se quedaría trabajando, o haciendo quién sabe qué. ¿Y si los encontraba?, daba tanto miedo como la acumulación de sus sentimientos y el tratar de comprenderlos. ¿Qué debería hacer?, si ya le pidió que cruzara ese supuesto límite de compromiso.

Quizás lo cruzó en el momento en el que no tuvo intenciones de detener esa emoción que crecía cuando se encontraban. El enamoramiento.

—¿Estás seguro?, Louis, podemos esperar. Esto es algo importante.

—Harry...

Bajó su mano a su bulto, acariciándolo. Ambos lo querían, ambos estaban excitados, sólo debían decir "sí".

—Lo quiero, ¿tú lo quieres?.

Un asentimiento leve con la cabeza fue lo que bastó para que aquellos frenos, esas ligas, esa distancia invisible que los separaba, desaparecieran.

Harry tomó uno de los extremos de las sábanas en lo que retomaba sus besos con Louis, tapándolos lo más que pudiera.

¿Así se sentía hacerlo con alguien que amas y te corresponde?.

¿Y si era sólo gracias a la emoción prohibida?.

[...]

Sus piernas estaban entrelazadas, desnudas, y una sábana de colores lilas y celestes los cubría. Se podía escuchar los pequeños ronquidos de Harry en medio de la habitación, mientras Louis acariciaba y dibujaba formas en su espalda. Habían pasado tres horas, y despertó sólo porque pensó en un momento que había escuchado la puerta. Sabía quién podría haber sido, Adam.

¿Cómo podría haberse salvado de ello de haber sido así?.

"Sólo espero que este momento dure para siempre". Pensó, y se preguntaba si había alguna señal del universo que dejó pasar para tener la respuesta.