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Hacía semanas venía sintiéndose mal. Náuseas, cambios de humor, apetito poco común. Él estaba seguro que era sólo algo hormonal, que quizás estaba bastante estresado porque no sabía qué hacer con su vida.

De igual forma, decidió ignorarlo. En algún momento se sentiría mejor, o eso esperaba. Y era curioso, porque así manejaba su vida, esperando que en algún momento las cosas mejoraran. Pero no pudo evitar el momento en el que en una de sus clases se desmayó, terminando en urgencias. No podía ser su alimentación, ni la falta de sueño, ni ningún golpe que le haya dado su padre en este último tiempo. No había explicación, ni nada que lo causara. ¿O no había desayunado?.

Últimamente, estaba perdido. La Universidad, su hogar, Adam queriendo terminar con él y siendo completamente inestables. ¿Cómo podía tener cabeza para cuidarse, si estaba cuidando a todos los demás?.

—Adam, no tenías que venir... Ya terminamos.

Murmuró bajito mientras él estaba parado a su lado, y él se encontraba en la camilla, con sus pies cruzados y sus manos juntas, colgando.

—Louis, tu madre no respondió y yo era la segunda opción. Ya estoy aquí, podemos... podemos olvidar la pelea que tuvimos.

Murmuró cruzado de brazos, cuidando en todo momento que el doctor Alfa que lo atendía se mantuviera en un límite con él mientras esperaban que les dijeran qué tenía.

Y claro, su padre no era ni siquiera una última opción. Jamás se preocuparía por él.

—Lo sé, Adam, pero no quiero que sientas que... te lo debo. En serio, puedes irte, yo estaré bien.

—Louis.

Volvió a regañar, frunciendo el ceño. Lo cierto es que la razón de la pelea fue estúpida, pero tomó un rumbo intenso como cada inconveniente que tenían.

Ambos habían ido a una fiesta. La temática era de gala. Uno de los amigos ricos de Adam cumplía años, pero de un momento a otro se cruzaron a Emma. Louis tomó su mano, lo apartó del grupo y comenzó a gritarle.

"—¿¡Por eso me dijiste que no querías venir!?, ¿¡por ella!?. No lo puedo creer, Adam. Vete a la mierda si la amas. Te odio."

Él lo calló de un golpe en la boca, besándolo apasionadamente y lo terminó llevando a una de las habitaciones donde terminaron teniendo sexo. A la mañana siguiente, Louis intentó retomar esa conversación más tranquilo, porque a pesar de que compartieron una cama esa noche, algo no se sentía bien. Y Adam lo terminó dejando, diciéndole algo como "sólo buscas problemas, si quieres terminar conmigo, terminamos". Louis le rogó durante dos horas, intentando meterlo una vez más en la cama y compensarlo con amor y placer, pero él sólo lo dejó solo, desnudo, y con lágrimas cayendo un buen rato.

—Estás en estado, omega.

La voz del doctor hizo que levantara su cabeza, sin darse cuenta que le había dicho cosas anterior a esa bomba que atacó cuando menos se lo esperaba. ¿En estado?.

—¿Qué?, no... eso no es posible. Yo me cuido.

Murmuró rápidamente, con algo de miedo. Por Dios, no tuvo que decirlo frente a Adam.

—Pues, es así. Esperas un cachorro. Felicidades a ambos, chicos.

Murmuró él, dejándolo con la boca abierta y viendo por un momento a Adam. Él no tenía una expresión clara, no sabía si estaba feliz o triste, por lo que comenzó a llorar imaginándose lo peor. ¿Y si no lo quería?, ¿y si lo dejaba?, ¿qué haría él con un bebé?.

ɪᴠʏ [H&L]Where stories live. Discover now