Dos enfermos en una cama

1K 62 15
                                    

Los días se hicieron lentos, katherin ya no se levanta de la cama, su rostro pálido intenta mantener una sonrisa para nuestro hijo, Matti entiende muy bien lo que sucederá, pero aveces noto el dolor en su rostro, es tan pequeño y yo tan mayor, pero a su lado enfrentando esta situación me siento más pequeño que el, nunca pude quererla, ella merecía más... Cometimos errores, pero no era una mala mujer, algunas veces la ambición puede hacerte tomar malas decisiones, la perdone hace mucho, viviendo en la misma casa siendo la madre que mi hijo necesitaba, se gano mi cariño, ese cariño que se le tiene a una buena amiga o hermana, de no ser por ella, probablemente Beck y yo no nos abríamos encontrado de nuevo.

- ¿quieres un poco de agua? - niega con la cabeza.

- te vez tan... Mal. - dice esbozando una sonrisa, rió con el cabiz bajo.

- estaré mejor con un poco de agua. - digo bebiendo me el agua que le ofrecí.

- somos dos enfermos en una cama. - dice cerrando los ojos cansada. - tienes tanta vida pero rota el alma y yo tan llena el alma pero tan poca vida... - dice de repente.

- no pienses así...

- no seas tonto, a veces uno tiene que hacer que las cosas pasen, no esperes que alguien venga a salvarte... ¿Vale? siento que estas planeando quedarte en esta vieja casa para siempre, piensa en mi, mi alma no descansará en paz si vives así, piensa en Matti, cuando llegue el momento te necesitará más que nunca, así que debes sanar...

- no tienes que preocuparte por nada, todo estará bien. - digo regalando le una sonrisa.

- intentaré creerte, dejame dormir un poco. - pide dándose vuelta sobre su lugar con dificultad.

- descansa. - responde saliendo de la habitación.

Matti se encuentra en la biblioteca con su maestra de idiomas, su madre se a encargado de mantenerle la mente ocupada, la madre de katherin entra y sale, me alegra que este pendiente de su hija, ahora mismo la necesita, mis padres llaman de vez en cuando y en cuanto a mi ya mi nombre casi no sale en los programas de TV, logramos desmentir a Jimena y aun que pude levantar una denuncia en su contra prefiero evitarme la molestia de tener que verla de nuevo.

- Sr. Lo buscan en la puerta. - dice la muchacha que nos ayuda con la limpieza.

- gracias ahora voy. - respondo dirigiéndome hacia la entrada. - señorita Ferrer.

- Sr. Mancini... Espero no incomodar. - dice.

- no, pase por favor, ¿pasó algo? - entra en la casa y me sigue hacia la sala.

- no, en realidad no, solo... Quería disculparme con usted, el día de la entrevista actúe algo prepotente y me metí un poco en su vida, solo quería decirle que en realidad creo que es un tío increíble, yo de verdad lo admiro muchísimo. - es tan... Repentino ¿quién en su sano juicio viaja al otro lado de la ciudad para pedir un a disculpa por algo tan banal?

- no, no por favor, no tengo nada que disculparle en todo caso gracias a ustedes por el espacio, fue de gran ayuda para poder limpiar mi nombre, aun así, déjeme ofrecerle algo, no debió molestarse...

- no por favor no se moleste, solo estaba de paso, le deseo muchísimas bendiciones, yo... - su cara esta tan roja que temo que tenga fiebre. - debo irme. - dice dando media vuelta, se dirige a la salida.

- Lenka...

- ¿te gustaría ir a tomar un café o cenar un día?

NARRA BECK

- es aún muy pequeño para saberlo, bueno desde lo que se nos permite ver aquí. - dice el médico apenado.

- gracias, regresaré a mi control en un mes.- respondo limpiándome el liquido con papel, me arreglo la ropa y salgo, mi padre se pone de pie y me abraza.

- vamos a casa. - pido, esta última semana mi padre se vino a acompañarme, mamá y el ha a estado turnándose, así el mes paso tan rápido.

- ¿no crees que también deberíamos decírselo a él? - Pregunta preocupado.

- no es necesario papá, ya tiene muchas responsabilidades...

- no, nos lo va a perdonar, que no te preocupe eso ahora papi... Me siento mareada, necesito dormir un poco, digo caminando junto a él, mientras tiene su cálido brazo alrededor de mi hombro, es tan reconfortante, llegamos al coche y su teléfono suena, es Dani de nuevo, sin duda.

- cariño, calma, aun no lo sabemos nos avisaran después del último control, dice, sonrió... Ella siempre tan preocupada.- vale, hablaré con ella, se que quieres acompañarla, te arreglaré una habitación.

Sr. ManciniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora