Cerca de él

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- cuando aun era un niño mi padre solía levantarse cuando aún no había salido el sol para realizar todas sus actividades desde muy temprano, solía creer en un dicho que decía... al que madruga, dios lo ayuda, nunca le falto nada, siempre le fue muy bien y era muy feliz a lado de mi madre, realmente creo que dios estaba con él, pero no conmigo. Es verdad que siempre fui bueno con los números, los negocios y las mujeres, pero siempre que algo me hace feliz termina por desvanecerse, no puedo justificarme y culpar a dios de mis decisiones y sus consecuencias, pero puedo culparlo por ponerte a ti en mi camino y hacerme creer que esta vez sería diferente.

Apoyo mi cabeza en su hombro...

- No quiero perderte...- susurra, quistas mi estado de salud me haya hecho reconsiderar muchas cosas , en este preciso momento no me importa absolutamente nada de todo lo malo que paso y aun que no quería que el estuviera en medio de todo esto después de todo lo que vivió con su exesposa, aquí esta y solo quiero quedarme así para siempre, apoyada en su hombro aspirando el aroma natural de su cuerpo, uno tan particular que solo lo e sentido en él.

Voltea y se inclina un poco para verme, levanta la vista y sus ojos me atrapan por completo, puedo ver el miedo atravesar de ellos, esbozo una pequeña sonrisa para darle algo de tranquilidad.

- te e extrañado cada segundo desde que me aleje de tu lado. - susurro, se inclina un poco más y me roza los labios levemente.

- y yo a ti princesa. - junta sus labios a los míos y siento en su energía como lucha por ser delicado, lo atraigo hacia mí, sus labios me dan una ligera descarga de electricidad... quiero tenerlo más y más... la puerta se abre y la enfermera se queda parada en el umbral.

- lo siento... necesitare un momento con la paciente. - dice.

Alex se pone de pie y promete esperar afuera...

- es más guapo de lo que dijiste. - dice Luz mientras me toma la presión.

- tengo buenos gustos, lo se. - soltamos una pequeña risilla, más que mi enfermera se convirtió en una buena compañía para mi, me quita la bata y me ayuda a sentarme, empieza a pasarme una toalla húmeda. - estoy muriendo murmuro sumergida en mis pensamientos

- no pienses así, tengo un buen presentimiento. - dice pasando la toalla por todo mi cuerpo.

- amo a mi familia con toda el alma, pero se sentía como que faltara alguien, ahora que el está aquí, tengo todas las ganas del mundo de vivir, de sus besos, sus caricias, ¿es posible desear tanto a alguien aun en este estado?

- cariño, tu y él se aman y tienen una conexión increíble, pude notarlo en segundos, él te mira con ojos de amor, pero... sé que hablas de algo más íntimo. - sonreímos. - ¿quieres saber si pueden tener relaciones? - pregunta sonriendo pícara mente, se levanta y observa el tablero con mis estudios más recientes.

- pues tu recuento de glóbulos blancos alcanza niveles seguros, mientras tu tengas ganas de hacerlo, pueden...- dice regresando.

- vale después de todo quien querría morir sin hacer el amor con un hombre así por última vez...

- ¡hey!...- reclama y me mira molesta.

- está bien, no volveré a jugar con eso. - levanto las manos.

- pero si es un hombresote.- reímos. - te noto más animada, lo estarás aún más cuando mañana lleguen los resultados.

- me siento muy bien, como si... ya no tuera nada, llena de energía y...

- haces que hasta yo tenga ganas de enamorarme. - dice. - intenta ayudarme a regresar, pero logro pararme por mí misma y caminar como si no hubiera estado postrada en la cama por semanas, si no es que meses, al darme cuenta me detengo en seco y ella me observa incrédula, no están las náuseas, no están los mareos, el dolor de espalda, ninguna de las molestias, me ayuda a vestirme, me toma la presión y llama al médico, el medico dice es normal, pero no lo creo, me sentía morir hasta que lo tuve cerca, quizás era él lo único que necesitaba, mis padres respiran llenos de esperanza la verme así, mi madre comenta que hasta me veo menos pálida.

- Luz. - dudo un poco, pero sé que ella entiende. - mis padres irán a casa a descansar esta noche apenas los convencí, yo... bueno, Alex está aquí y....- se le hace una sonrisa de oreja a oreja.

- pareces un pequeño tomate enamorado. - dice riendo. - yo me encargo, nadie vendrá a molestarte esta noche...

- ¿estas segura?, el doctor siempre pasa a las...

- si dejas de dar vueltas por la habitación, yo me encargare de él, si necesitaras algo toca el botón azul. - dice guiñándome un ojo, sonríe, toma los papeles y se va.






Sr. ManciniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora