Ella quería una historia de amor como la que tuvieron sus padres. Quería amar y ser amada.
Sin embargo amar a alguien no es difícil, lo difícil es ser amado por la misma persona.
Ella quería su final feliz.
Pero cometió error tras error..
Se enamor...
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POV Melissa
-¿Y qué te ha parecido la casa?
-Solo he visto mi habitación y la planta baja.- confieso cerrando los ojos ante sus caricias.
-¿Como eso? - un gruñido sale de mi cuando sus caricias en mi pelo cesan. -¿No le enseñasteis la casa?
-Estuvimos algo ocupados y se nos pasó.
-¿Ocupados?
-Ay, papá. Recién llegaron ayer, con suerte y tuvieron tiempo de acomodar sus camas y sus ropas en el armario, además recuerda que Melissa empezó hoy la preparatoria.
-¿Y para qué tantas prisas? Haberla dejado hasta el lunes. ¿Quién empieza en un viernes?- inquiere abrazándome más a él. -Vais a saturarme a la niña.
-No te preocupes, abuelo.- murmuro asomando mi rostro por entre sus brazos. -He empezado justo para el partido de mañana.
-¿Partido?- alza una ceja mirándome pero simplemente suspira. -Te has unido al club de fútbol.
Asiento todavía entre sus brazos.
¿Que puedo decir? Son muy cómodos.
-¿Y tu aceptaste?- le pregunta a papá.
-Yo lo convencí.- sonríe mi madre.
-Eso fue chantaje.- reclama mi padre.
-Claro que no.
-Claro que sí. Dijiste que me prohibirias darte besos si la sacaba del Raimon.
-Joder, que buen amarre. - ríe mi abuelo.
-Ya te digo. Comparte receta, ¿no?
Me suelto a carcajadas por la cara que pone mi padre ante el comentario de la tía Julia.
-¿Y para qué quieres tú eso?
-Pues no sé. Será porque a mis veintisiete años sigo sin anillo en dedo porque a mi hermano le gusta espantar a todos mis pretendientes.
-No es mi culpa que sean cobardes.
-Puf, pobre de Melissa. No quiero ni imaginar lo que tendrá que pasar.
-Melissa todavía es muy pequeña para andar con noviecitos, solo tiene dieciséis años.
Una tos falsa proveniente de mi madre hace que desviemos la mirada a ella que mira con amabas cejas al alza a mi padre.
Como diciendo... "¿Es enserio?"
-Amor, yo tenía dieciséis cuando éramos novios.
-Ya, pero ella no será novia de alguien como yo. Sólo hay uno de mi, y ya agotaste las existencias.
