Capítulo 28

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MELISSA

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La formación encuadrada en dos filas y la presencia de su padre a escasos jugadores le hacía temblar el pulso

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La formación encuadrada en dos filas y la presencia de su padre a escasos jugadores le hacía temblar el pulso. Era tan extraño ver a su padre y a su madre parados en bandos diferentes. Él estaría en el banquillo rival, animando al equipo rival.

Observó el intercambio de palabras entre ambos capitanes con la mente nublada. No habían conseguido finalizar el Tornado de Fuego Dirección Doble, pero tampoco había conseguido liberar su espíritu. Lo sentía tan cerca, pero a la vez tan lejos. Le faltaba poco para conseguirlo, pero lo que le faltaba era algo importante y no fácil de superar para poder alcanzarlo.

Sintió un pequeño pellizco en su muñeca izquierda, justo donde estaba su pulsera, y se giró a ver al peliazul, quien la miraba con una disimulada sonrisa de ánimos.

Se adentraron en el campo y se pararon frente al banquillo, esperando que anunciaran la alienación del equipo.

–En la portería estará Samguk, en la defensa tendremos a Subaru, Gabriel, Wan-Chang y Aitor. – explicó el entrenador Evans alzando la vista unos segundos de la tablet. – En el centro campo tendremos a Arion, como capitán, a Roma, Eugene y Adé. Y en la delantera, – les dio una mirada a todos, notando la tensión en el ambiente. – Victor y Melissa.

–¡Olé! – gritó la joven saltando hacia Victor de la emoción. Lo abrazó del cuello con fuerza y comenzó a saltar de la felicidad.

Él se reía a carcajadas por su felicidad, mientras sus compañeros se unían a ellos en risas. A Michael ni siquiera le importó quedar fuera. Había visto lo duro que luchó la joven por aquel puesto.

Los chicos del otro banquillo los observaron extrañados, sin comprender que sucedía allí, más Axel supo a que se debía la felicidad en el rostro de su hija, y una sutil sonrisa se instaló en su rostro.

Cuando se posicionaron en su lugar a medio campo, los delanteros principales se dieron cuenta de la formación ofensiva que había tomado el equipo rival, colocando cuatro en la delantera y solo dos en el centro campo, dejando dos agujeros que permitían un fácil acceso.

Le dio una mirada de reojo al peliazul y ambos asintieron. Sonó el pitido y el balón llegó a sus pies.

Ángela comenzó a correr, viendo como Victor se deslizaba hacia su defensa, pero cuando quiso pasarle el balón, la habían cubierto perfectamente.

–¡A Eugene!

De inmediato dio un pase hacia atrás siguiendo la orden de su nuevo capitán, Eugene recibió el balón, pero él tampoco pudo atacar, ni mucho menos Adé. Aquella formación estaba hecha para impedir el ataque.

Reliquia Maldita |Victor Blade|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora