Capítulo 4

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Erick

El sabor amargo se quedó en mi boca cuando ella dijo aquellas palabras porque simplemente yo no era la clase de persona que disfrutaba de hacer daño a otros y aunque esta farsa no había sido mi idea, era cómplice, un maldito cómplice y me sentía muy sucio. Yo sabía que no los vería más, que ese estúpido Pimentel inventaría cualquier excusa para terminar nuestra falsa relación sin embargo algo me decía que las cosas iban a complicarse mucho más de lo que aparentaban y eso me hacía sentir una mezcla extraña de sentimientos.

-¿Entonces mañana quedamos para cenar? Anda, bebé, di que si. Queremos pasar tiempo contigo, para eso vinimos y ahora que conocimos a Erick, quiero saber más de su relación, hacen una pareja tan bonita.

Me quedé quieto en mi lugar, la cena había terminado y nos encontrábamos a punto de levantarnos para salir del restaurante pero la mamá de Pimentel nos tomó desprevenidos. No puedo decir que la noche fue terrible, realmente la pasé bien, eran personas agradables y me sentí muy a gusto conversando con ellos, el único problema había sido el animal de mi falso novio, su mera presencia me revolvía el estómago. De todos modos no tomé esta vez la iniciativa, no era mi deber salvarle el culo de nuevo, así que esperé a que fuera él quien hablara.

-Mamá...no lo se, no creo que podamos. -Un alivio instantáneo se apoderó de mí, por primera vez el idiota y yo estábamos de acuerdo en algo pero la felicidad en casa del pobre, dura poco y mi falsa suegra era bastante...insistente.

-Pero hijo, queremos estar con ustedes, disfrutar estos días juntos y hacer cosas en familia. -Los ojos de Patricia pedían a gritos una respuesta positiva, yo no quería, realmente no quería seguir jugando a esto, no quería fingir amor por Pimentel, no quería ensuciarme con una mentira tan ruin pero simplemente me daba pena con ella, pena real como tan real era su ansia de que aceptáramos su pedido.

-Está bien, señora Patricia, si no tenemos mejores planes, será un placer cenar nuevamente con ustedes.

Y Ahí estaba yo siendo un auténtico idiota, un idiota supremo, el mayor de los idiotas y sabía, yo sabía que esto era un error, sabía que solo estaba ayudando a que las cosas fueran más complicadas, sabía que mientras más tiempo jugara este juego de mentiras, más difícil sería salir del embrollo, yo sabía que Pimentel a mi lado estaba deseando asesinarme porque yo estaba sintiendo lo mismo hacia él por meterme en esta mierda pero mi corazón no me permitía negarle nada a nadie, yo no era capaz de negarme a alguien que pedía algo de una forma tan necesitada y sincera.

-¿De verdad? -Sus ojos se iluminaron con una alegría genuina, tanto que hasta sonreí en respuesta y estuve a punto de volver a hablar cuando una voz que no era la mía, se adelantó.

-¿De verdad? -No pude evitar voltear a mirarlo y odié admitir que la sorpresa de su rostro no era precisamente por el enojo, contrario a eso se veía...¿Aliviado? No lo se, no supe distinguir que era lo que se asomaba en sus ojos porque por un par de segundos me perdí por completo en ese color avellana que alguna vez me había gustado.

-Si...digo, solo si ust...si tú estás de acuerdo. -¿Podía escucharme más patético? No lo creo, no había posibilidad de lucir más tonto justo ahora, tartamudeando ahí y casi diciéndole usted, algo que obviamente no era común en una pareja pero al parecer nadie se percató y contrario a eso se llevaron una idea totalmente opuesta a la realidad.

-¿Si ves como se miran? No puedo con ellos, Josh, son dos hermosos.

Palidecí en un segundo y solo atiné a despegar mi vista de Pimentel, esto es lo que se supone estaba él buscando, que resultara creíble nuestro noviazgo pero sentía muy extraño que mi suegra falsa hablara así. ¿Por qué había dicho aquello? ¿Por qué no veía que su hijo y yo no teníamos nada en común? ¿Por qué no se percataba del mutuo odio que nos teníamos? ¿Por qué hablaba en voz alta sobre un sentimiento que no existía? ¿Cómo podía realmente creer que entre ese idiota y yo había algo más que una obligación basada en una amenaza?

-¿Cómo nos miramos? - Y él decidió ser más idiota aún, se atrevió a hacer la pregunta de la que yo no quería escuchar la respuesta pero no había vuelta atrás, no cuando ella sonrió antes de pronunciar sus palabras.

-No lo se pero jamás vi a nadie mirarse de esa forma, no lo puedo describir pero es algo muy bonito de ver...se siente en el corazón.

Y ya estaba dicho, la opinión de una tercera persona había llegado sin querer a poner un traspié a mi poca estabilidad, no era sano que en solo dos horas de una cena en mayoría, fingida, alguien hubiese sacado una conclusión tal real y a la vez inexistente. Me tardé un par de segundos en controlar mi respiración, no quería ni podía tirar por la borda lo que había logrado pero...¿Qué había logrado? Prácticamente estaba jugando con los sentimientos de alguien más, estaba usando indiscriminadamente el amor maternal de otra persona y su deseo de compartir la felicidad de su hijo. Era obvio que Pimentel no era feliz, al menos no conmigo y en realidad eso no me importaba, no me importaba en lo más mínimo lo que sucediera con él pero estaba convirtiéndome en otro hipócrita y aunque yo lo hacía porque no tenía opción, estaba transformándome en un ser como él.

-Paty, creo que estás avergonzando a Erick, está rojo como un tomate. Déjalo ya o el chico va a pensar que quieres que se casen mañana mismo. -Mi falso suegro no ayudaba, si bien estaba pidiendo cordura a su esposa, el hecho de que mencionara mi estado de sonrojo, solo complicaba más el momento. Quería irme de acá, quería llegar a mi pequeño apartamento y dormir, quería dormir y que al despertar, esto no fuera más que un mal sueño pero claro...¿Qué podría salir mal si podía ser peor?

-No me lo digas dos veces, yo encantada planifico una boda en veinticuatro horas. -Y supe que hablaba en serio cuando corrió a abrazarnos a ambos de la manera más maternal que habría podido imaginar. -Solo díganme cuando será, yo me engargo de todo, de todo. -Sorbió por la nariz y supe que estaba llorando, se notaba además en su voz, yo simplemente...enmudecí. -Eres mi hijo, Joelito, mi único hijo y aunque no conozco a tu novio por más que unas horas, puedo ver que es la persona ideal para estar contigo, así que cuídalo, no todos los días encuentras a alguien tan dulce.

-Mamá...-Pimentel quiso regañarla sin embargo ella aún tenía algo que decir.

-Tengo cáncer, bebé y no puedo irme de este mundo sin ver a lo que más quiero casado con una persona buena, Erick es un amorcito y estaré orgullosa de verte llevarlo al altar. Hazlo por mí...déjame ir sabiendo que pude cumplir mi sueño.

déjame ir sabiendo que pude cumplir mi sueño

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What about marriage?Where stories live. Discover now