Capítulo 8

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Erick

-Puedo irme solo, ya conozco la salida.

-Es tarde, voy a acomp...

-Dije que puedo solo. -Respondí a punto de perder la paciencia, había estado mucho tiempo tratando de controlar las ganas de mandarlo a la mierda y por respeto a sus padres, me contuve pero ya no más.

-Solo intento ser amable, no se por que reaccionas así. -Y fue ese tono de voz completamente bajo y avergonzado lo que me hizo alzar la mirada. Cuando nuestros ojos se encontraron, juré haber visto pena en los suyos y por unos segundos me detuve, quizás él realmente quería...no...no...no va a pasar, no es más que una actuación estúpida como todo lo que nos rodea.

-No me haga reir, señor Pimentel, no están sus padres cerca, ya no tiene que fingir que le importa ser amable conmigo.

-Hablo en serio, es tarde y no está bien que te marches solo, deja de comportarte como un maldito crío y baja la voz, pueden escucharte en la habitación. -Miré seriamente su estúpida cara y achiné los ojos, tenía razón, mis "suegros" no estaban en el salón pero podrían escuchar nuestra pelea.

-Entonces deje de importunar y permita que me largue. -No fui precisamente suave para hablar pero realmente no quería estar más aquí, necesitaba estar solo, lejos de este aire turbio que respiraba a su alrededor, necesitaba estar lejos de toda esta mentira.

-¿Realmente me tienes tanto odio como para ni siquiera aceptar que te acompañe a la puerta? -Y ahí estaba otra vez ese tono de voz que me caía incómodo porque sabía que estaba fingiendo, que esto no era más que otra de sus artimañas y que si me dejaba engañar por su falsa preocupación, tendría aún más poder sobre mí y no podía permitirlo.

-No se preocupe, es solo una puerta, no creo que vaya a pasarme nada antes de llegar a ella. -Fui sarcástico, el idiota ni siquiera fingía bien, su falsa preocupación ni siquiera era por lo que pudiera ocurrirme en la calle.

-Brian basta, deja de comportarte así, estás haciendo una escena ridícula. Es tarde y puede pasarte algo de verdad, deja que te acompañe, puedo llevarte yo mismo.

-No es una escena, simplemente no es necesario que siga este circo si no hay nadie más que nosotros para ver su actuación de novio ejemplar.

-¡No es una actuación!

Me quedé congelado en mi lugar ante semejante grito y no pude evitar alejarme unos pasos de él, me había asustado y su rostro no lucía para nada amigable, contrario a eso se miraba realmente enojado, frustrado además y no me hacía bien saber que podía hacerme algo. No lo creía un tipo violento pero tampoco jamás pensé que sería un chantajista y aquí estamos. No estaba acostumbrado a los gritos, nunca sentí en mi propia carne lo que era recibir este tipo de trato y aunque no era un chico débil y sensible, cuando miré esos ojos bañados en rabia, me dió miedo, miedo de que pudiera hacerme daño. Bajé mi cabeza tratando de controlar las lágrimas que amenazaban con salir, que estuviera asustado no significaba que le permitiría saberlo, no podía seguir dándole herramientas para manipularme.

-No era necesario que gritara. -Hablé unos segundos después cuando pude recuperar mi voz y estuve a punto de salir hacia la puerta cuando la suya me detuvo en seco.

-Lo siento...de verdad lo siento. No era mi intención gritar así, no pretendía asustarte, yo solo...

-Realmente no se como puede vivir consigo mismo. -Susurré bajito, casi inaudible y sentí como se acercó a mí, yo di dos pasos atrás quedando recostado a la pared. -Yo en serio no lo entiendo. ¿Cómo puede destrozar todo a su paso? ¿Cómo puede simplemente implantar una orden sin medir las consecuencias? ¿Cómo puede arruinar la vida de alguien más sin pararse a pensar solo un segundo en que quizás esa persona tenía pensado algo muy distinto para su futuro? ¿Cómo puede robarle a alguien el derecho de eligir? ¿Cómo puede privar a otro de la libertad de buscar su propia felicidad?

What about marriage?Où les histoires vivent. Découvrez maintenant