What about marriage?

Capítulo 31 Final

Erick

Los meses habían pasado volando, la vida en general lo hacía y eso de una u otra forma, lo agradecía porque las primeras semanas con el niño en casa, fueron algo tormentosas. Liam no era un bebé malo, la verdad es que lloraba poco y dormía bastante en las noches pero de todas maneras fue un gran cambio para nuestra rutina y requería de mucha atención. Los primeros días Joel y yo parecíamos zombies, no pegábamos ojo en toda la noche porque teníamos miedo de que el niño nos necesitara y no estuviéramos despiertos pero con el paso del tiempo fuimos adaptándonos y eventualmente nos acostumbramos.

Liam había llegado a nuestras vidas para enseñarnos la versión más pura del amor, era fascinante e increíble como un ser tan pequeño podía generar tantas emociones. Joel se moría por él, estaba casi obsesionado con su hijo y lo entendía, Liam era prácticamente su fotocopia. A veces los observaba mientras mi esposo lo cargaba y le hacía caras raras, el niño reía con ganas y yo moría de ternura con esa imagen, ambos con los mismos ojos y el cabello rizado, era como estar mirando a Joel cargarse a si mismo siendo un bebé. Estaba orgulloso, muy orgulloso de nuestra pequeña familia, orgulloso del buen hombre con el que me había casado, orgulloso de estar hoy acá a punto de darle una noticia que lo haría volverse loco.

Hace aproximadamente un mes, lo sospeché, ya sabía lo que significaban esos mareos y naúseas, así que no tardé mucho en saber lo que pasaba pero preferí esperar a que un examen médico lo confirmara, no quería ilusionarme ni ilusionar a Joel pero ahora que sabía con seguridad que dentro de mi pancita estaban creciendo no una, sino dos bonitas vidas, estaba más que listo para darle la noticia. Liam estaba próximo a cumplir un añito y aunque tal vez era un poco pronto para agrandar la familia, los bebés ya estaban en camino y eran un regalo, por lo tanto, eran más que bienvenidos. Miré a mi esposo que descansaba en nuestra cama y el corazón me latió a mil por hora, era el hombre más hermoso que había visto en mi vida y era todo mío, de la misma forma en que yo era de él. Caminé despacio hasta subir a su lado, estaba dormido pero eso no impidió que se removiera buscando mi calor, siempre lo hacía, podía estar rendido profundo que en cuanto sentía mi cuerpo, se movía hasta que me tomaba en sus brazos y yo siempre me dejaba hacer pero ahora...ahora era diferente.

-Joey...despierta amor. -Susurré rozando mi nariz por su mejilla y sonreí enternecido cuando una mueca graciosa apareció en su rostro. -Despierta, dormilón, tengo que deirte algo. -Volví a susurrar sin despegarme mucho, estaba calentito y eso me gustaba.

-Mhm...bebé...-Habló al fin con la voz ronca, yo tenía cierta debilidad por ese tono, digamos que cada vez que lo escuchaba hablar recién despertado, mis hormonas se alborotaban un poco, ahora no era la excepción pero lo que tenía que decir era más importante.

-Joey...despierta bien, hay algo que tengo que decirte. -Sacudí despacio su hombro derecho porque él estaba a punto de atraparme entre sus brazos para que me acostara ahí y aunque yo quería, si lo hacía no podría darle la noticia.

-Quiero dormir, anoche no me dejaste. -Sonreí porque tenía razón, en la madrugada después de alimentar a Liam, se puede decir que tuvimos unsa sesión intensa de amor lujurioso. Joel estaba muy excitado y yo pues...al parecer había sucumbido a las hormonas del embarazo y estaba demasiado necesitado.

-Yo se pero en serio es importante, amor. 

-Ya...ya...está bien. -Suspiró abriendo los ojos al fin, yo estaba ahora nervioso pero en el buen sentido, estaba a punto de darle una noticia que nos volvería a cambiar la vida.

-Bueno...yo...tengo algo que decirte y primero quiero que sepas que hace un tiempo ya lo sospechaba pero quería estar seguro de ello, por eso es que lo cuento ahora.