Capítulo 22

527 53 10
                                    

Joel

Los nervios estaban a punto de destrozarme vivo y aún no llegaba a ese jodido hospital. Ni siquiera recuerdo como me vestí pero cuando me quise dar cuenta ya estaba de camino a encontrarlo. Mamá iba a mi lado, callada, demasiado callada y eso me preocupaba porque sabía que estaba enojada conmigo a pesar de que no era precisamente mi culpa lo que había sucedido. Idiota, me dije a mí mismo, claro que era mi culpa, era mi jodida culpa que Erick estuviera en estado porque había sido yo quien puso ese bebé ahí y también había sido yo quien lo abandonó a su suerte, era el único culpable de todo.

Miré el reloj en la pantalla donde el GPS marcaba el camino, faltaban a penas siete minutos para llegar y la incomodidad solo crecía dentro de mí, estaba desesperado, asustado, no quería imaginar como estaría él. Cuando al fin estacioné en el maldito hospital, creí que el oxígeno se había escapado de mis pulmones, las piernas me temblaban de manera sobrenatural y estaba seguro de que ni siquiera veía por donde caminaba ya que mamá me tomó del brazo para guiarme. Le sonreí penosamente, me sentía como un niño pequeño ante ella pero a pesar de todo, respondió mi gesto y aunque no dije nada, fue un alivio, sabía que ella también estaba preocupada por Erick y por eso había decido acompañarme.

-Buenos días, venimos por Erick Colón, hace un rato llamaron para decirnos su condición y estamos preocupados. -Fue mamá quien habló cuando llegamos a la recepción de ese hospital, no era el tipo de lugar al que estaba acostumbrado, había demasiada gente amontonada esperando ser atendida y era notoria la precariedad de condiciones que reinaba ahí. Eso solo me hizo sentir peor, él no merecía estar en un lugar así.

-¿Son familiares? -La señora no fue amable al hacer su pregunta y aunque quise gritarle, me contuve, no era momento.

-Si... él es su esposo. -Mamá no dudó en responder firmemente, escuchar como decía esa palabra removió todo en mí sin embargo la persona que teníamos de frente no pareció tomarlo bien. Buscó algo en la computadora antes de volver a hablar y esta vez no pude contener mi molestia.

-Su esposo llegó en pésimas condiciones a este hospital, alégrese de que no se llamara a servicios sociales, es delito dejar a alguien morir de hambre, sobre todo estando en espera de un bebé.

-Mire, señora, usted no tiene idea de lo que pasa y le agradezco la preocupación pero estoy acá para llevarme a mi esposo y mi hijo. No tiene derecho alguno de asumir cosas que no sabe, jamás dejaría que le pase algo y lo que sucedió, estaba fuera de mi conocimiento porque no sabía que esperaba un hijo mío.

Después de eso no se que más pasó porque me bloqueé internamente, era horrible escuchar en voz alta esa verdad. ¿Cómo era posible que un esposo no supiera de la condición en la que se encontraba su pareja? Ya no son esposos, respondió la voz interna en mi cabeza y el dolor volvió a dominarme por completo, no podía más, necesitaba verlo, saber que estaba bien, que estaban bien, no me importaba si él no quería saber de mí, yo solo necesitaba cuidarlo, cuidarlos y lo haría aunque se me fuera la vida en ello. Caminamos en silencio por un pasillo bastante triste, las paredes pálidas llenas de puertas desteñidas indicaban los números de las habitaciones y solo fui consciente de que nos detuvimos frente a una de ellas cuando mamá habló.

-Hijo...esta es la de Erick. ¿Estás bien?

-No...tengo miedo. -Admití con un nudo en la garganta y ella solo me abrazó para confortarme.

-Es normal, es una situación difícil pero estas acá y eso es lo que importa. Ahora ve por él, imagino que debe estar...desorientado. -Dijo mamá antes de besar mi frente y empujarme despacio hacia la puerta. No lo dudé ni un segundo más, no tenía tiempo que perder.

-¿Joel? -No puedo decir que me quedé completo cuando escuché su voz porque podía jurar que en ese instante me había roto en pedazos. Las lágrimas se escaparon de mis ojos y a duras penas caminé hacia esa cama, se me rompió el corazón cuando lo vi encogerse en su lugar, como si...como si me tuviera miedo.

What about marriage?Where stories live. Discover now