Capítulo 12

354 57 6
                                    


Erick

El día había llegado, había llegado y me sentía demasiado nervioso, no estaba preparado, no estaba para nada listo pero ya no había vuelta atrás. La ceremonia sería pequeña, a penas la familia de Joel y algunos pocos amigos, todos suyos, debo decir porque yo no tenía a nadie y la única persona que quería, no había podido viajar. Chris se encontraba en el extranjero y lamentablemente su economía no le permitía tomar un vuelo para asistir a la falsa boda de un amigo que le había escondido algo tan minúsculo como que se iba a casar con alguien a quien no amaba.

-¿Estás listo? -Salté en mi lugar cuando Patricia se acercó, no, obviamente no estaba listo pero cuando vi esa mirada completamente emocionada, no pude responder lo que sentía.

-Un poco nervioso pero si estoy listo. -Me abrazó con sentimiento y tengo que reconocer que me gustó mucho, se sentía maternal y estúpidamente pensé en mi propia madre y en la desgracia de no poderla tener hoy acá. Sacudí rápido ese pensamiento, tampoco es que estuviera casándome por amor, así que lo mejor era enfrentar la realidad sin permitir que nada me hiciera sentir peor, bastante tenía con fingir que amaba a Joel frente a personas que no había visto nunca.

-Es normal, es un día especial y las emociones pueden ser abrumadoras pero es tu día, el día de Joelito y nada saldrá mal.

-Yo...

-Se que nos conocemos hace muy poco tiempo y que tal vez pienses que suena muy loco decirlo pero yo en serio te tengo mucho cariño, así que lo diré. Se que no estás con Joel por su dinero, se te nota que eres alguien desinteresado y que en lugar de disfrutar los lujos de su economía, te esfuerzas por trabajar y obtener tu propio sustento pero a veces siento que eres un poco distante con él y no es por entrometerme pero me gustaría que dejaras salir libremente los sentimientos. Joel es alguien muy reservado pero la última semana lo he notado... distinto. No quise agobiarlo al preguntarle porque se que tiene mucho encima y ha estado todo el tiempo con lo de la boda pero no me ha gustado encontrarlo llorando. No se que es lo que ha pasado, no es necesario que me digas pero si no estás seguro de esto, no te cases, pueden tomarlo con calma y arreglar lo que sea que les pase, se que te quiere mucho más de lo que dice y puede esperar a que estés listo.

-¿Qué? ¿Llo...llorando? -Yo no sabía de que estaba hablando pero lo seguro era que no me podía hacer una idea de él llorando.

-Si...fue ese día que se marchó a la habitación y después lo seguiste, yo fui unas horas más tarde para preguntarle algo y lo encontré ahí, no quiso decirme que pasaba pero soy su madre y se que era algo contigo.

Yo no sabía que decir al respecto, era demasiada información en muy poco tiempo y nada de lo que Patricia decía tenía sentido para mí. Yo no podía imaginarme a ese hombre llorando, no era capaz de realmente cerrar mis ojos y verlo así, mucho menos el día que fue. ¿Habrá acaso llorado por mi respuesta? No...no era posible, él sabía que decía la verdad, a fin de cuentas todo era una mentira, una mentira comenzada por él sin embargo cuando miré a Paty a los ojos y descubrí una preocupación real, no pude evitar sentirme terrible.

-Yo...no sabía, no sabía que eso pasó. -Respondí con un nudo en la garganta, estaba comenzado a perder la calma y realmente no tenía idea de nada de lo que había sucedido.

-Está bien, ya no importa, ahora tenemos que marcharnos, él te espera. -Por su tono de voz supe que estaba dolida y era entendible, a ninguna madre le gustaría encontrar a su hijo en semejante situación pero hice un esfuerzo por tranquilizarla, a fin de cuentas su felicidad era el principal motivo de esta locura.

-Todo va a estar bien, no se que pudo hacerlo llorar aquel día pero te prometo que yo no haré que sufra jamás.

-¿Lo prometes?

-Lo prometo.

Aseguré sin dudarlo y aunque ni yo sabía de donde había salido tal afirmación, sentí un alivio inmediato al observar su sonrisa, yo estaba seguro de que más adelante destrozaría su corazón pero no había necesidad de mencionarlo ahora. Tomé su mano y juntos salimos del pequeño cuarto, de fondo se escuchaba la clásica melodía que anunciaba lo que en breve sucedería. Apagué toda sensación en ese momento y solo me enfoqué en llegar a ese altar, no podía permitir que nada se interpusiera en el objetivo, no podría soportar una humillación, debía concentrarme en no caerme delante de todos pero como nada salía como yo deseaba, casi pierdo la cordura cuando lo ví.

Mis piernas parecieron temblar y hasta detuve mis pasos sin poder evitarlo, sentí vergüenza cuando mi "suegra" a mi lado me sonrió y apretó mi brazo para indicarme el camino. Yo estaba realmente perdido, perdido y completamente anonadado, ante mí se mostraba una imagen que jamás creí me fuera a afectar tanto sin embargo lo hacía, él estaba perfectamente vestido, con ese traje impecable que le quedaba innegablemente perfecto, el blanco pulcro contrastaba con el tono celeste del mío y la pequeña rosa que asomaba sus pétalos en el bolsillo de su saco, resaltaba increiblemente, destacando su vibrante color. Joel lucía increíble y era enevitable quedarme viéndolo como si fuera la primera vez que lo hacía..

-Ve con él. -Susurró emocionada Patricia y solo ahí pude comprender que todos me estaban viendo, todos con sonrisas igual de emocionadas pero él... él casi que roba mi aliento.

-Aún puedes no hacerlo. -Susurró en mi oido una vez que estuve a su lado y me tomó de sorpresa por completo.

-¿Qué? -Susurré de vuelta sin poder creer lo que decía.

-Estás a tiempo de no cometer esta locura, Brian. Si decides marcharte ahora, prometo que te dejaré en paz, te estoy diciendo que rompas con esto, hazlo, hazlo tú...yo...no puedo.

Y no supe si fueron sus palabras o si había sido el dolor en su tono, no supe si me ganó el miedo o el hecho de que estaba completamente nublado pero cuando alcé la vista y miré sus ojos, no pude sentirme mejor. Él prácticamente estaba rogando, no supe si rogaba porque me fuera o me quedara pero por primera vez desde que comenzamos esta locura, tomaría una decisión, una que tal vez no era la mejor pero ya el tiempo lo diría, ahora solo quedaba actuar.

-Puede comenzar cuando desee.

Respondí ignorando su palabrería pero no me dirigí a él sino al viejecito que presidiría la ceremonia. Yo dejé de escuchar cualquier tipo de sonido a mi alrededor, estaba demasiado asustado y tembloroso como para cargarme con más. No supe que hizo Joel, tampoco que cara puso porque solo me centré en no llorar. Únicamente volví a verlo cuando colocó el bonito anillo en mi dedo, yo hice lo mismo con temblorosas manos, estaba demasiado nervioso y los chillidos emocionados de los presentes, no ayudaban sin embargo el verdadero infierno se mostró ante mí cuando el mismo viejecito que nos había casado, habló.

-Los declaro esposos ante la ley que me ampara. Señores Pimentel...pueden besarse.

pueden besarse

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
What about marriage?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora