Capítulo 12

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— ¡Despertaos, mi señora! ¡Es el día de vuestra boda! –


Sehun entreabrió los ojos y gimió al ver a tres mujeres en su dormitorio. Sus frustrados intentos de fuga y la cantidad de tiempo que había pasado paseando de un lado a otro de su habitación habían terminado pasándole factura. La noche anterior, después de su conversación con el laird, había caído en la cama, completamente rendido.

Una de las mujeres retiró las pieles que ocultaban la ventana y los rayos del sol se clavaron en las pupilas de Sehun como dagas. Gimió más fuerte que la vez anterior y consiguió que las risas llenasen la habitación.


— Nuestra señora no parece muy contento de casarse con nuestro laird —

— ¿Christina, eres tú? —gruñó Sehun —

— Sí, mi señora. Soy yo. Hemos pedido que os suban agua caliente para que os deis un baño —

— Me bañé anoche —dijo el, para ver si así lo dejaban dormir una hora más —

— Oh, pero es el día de vuestra boda y tenéis que bañaros. Os lavaremos el pelo y os pondremos aceites aromáticos en la piel. Los prepara Maddie y huelen divinamente. Al laird le gustará –


El laird no era lo que más la preocupaba esa mañana. Lo único que Sehun quería era dormir. Volvió a oír unas risas y comprendió que había vuelto a pensar en voz alta.


— Y también os hemos traído el traje para la boda —dijo otra mujer. El la miró e intentó recordar el nombre de la joven que lo miraba expectante. ¿Mary? ¿Margaret? –

— Fiona, mi señora —


Sehun suspiró


— Lo siento. Es que sois tantas... —

— No me habéis ofendido —le aseguró Fiona, contenta—. ¿Os gustaría ver el traje que os hemos confeccionado? –


El se apoyó en un codo y les miró a todas medio dormido.


— ¿Traje? ¿Me habéis cosido un traje? Pero ¡si accedí a casarme con el laird ayer por la noche! –


Maddie ni siquiera intentó disimular, sino que le sonrió de oreja a oreja y tendió el traje ante el para enseñárselo.


— Oh, sabíamos que sólo era cuestión de tiempo que el laird os persuadiera. ¿No os alegráis de que nos pusiéramos manos a la obra? Hemos pasado dos días cosiendo de sol a sol, pero creo que os complacerá el resultado –


Sehun se quedó mirando la maravillosa prenda que tenía delante. Se le llenaron los ojos de lágrimas y parpadeó varias veces para contenerlas.


— Es precioso –


Y lo era. Estaba confeccionado con terciopelo verde y llevaba un bordado dorado muy delicado en las mangas y en el dobladillo. En la parte superior había también complicados bordados de color dorado, que resplandecían a la luz del sol.

Mi EnemigoWhere stories live. Discover now