Capítulo 21

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Sehun bostezó con placer y estiró los brazos por encima de la cabeza. Se había quedado tan relajado después de hacer el amor con Chanyeol que la herida del costado ni siquiera le dolía. Entonces se dio cuenta de que, a pesar de que había decidido lo contrario, se había pasado medio día en la cama. Se incorporó y masculló por lo bajo algo acerca de los esposos y sus tácticas de engaño.

Chanyeol lo había hecho a propósito, estaba seguro. Se la había llevado a sus aposentos con el pretexto de curarle la herida y le había hecho el amor para distraerlo. Y pensar que el había pensado que eso no se le daba bien...


Se le daba demasiado bien.


Esa vez, cuando salió del dormitorio, Gannon lo estaba esperando en la puerta. Sehun observó atónito cómo el guerrero se levantaba del suelo.


— ¿Te has pasado toda la mañana frente a mi dormitorio? —

— Sí, mi señora. Es mi deber protegeros. Tenéis la costumbre de desaparecer, así que Cormac y yo nos hemos jugado a las pajitas a quién le tocaría hacer guardia en vuestra puerta –


A Sehun no le gustó pensar que cuidarlo era una tarea tan desagradable que aquellos dos soldados se habían visto obligados a jugarse a las pajitas quién se hacía cargo de el.

Se dirigió a la escalera, decidido a hablar con Maddie sin que Chanyeol o sus perros guardianes estuviesen presentes.

Cormac estaba en el salón, bebiendo una jarra de cerveza con un grupo de ancianos del clan.


— ¿Has visto a Taeyong? —le preguntó a Cormac —

— No, mi señora. Lo último que he sabido de él es que estaba fuera jugando con los otros niños. ¿Queréis que vaya a buscarlo? —

— Oh, no, deja que juegue. Por ahora no lo necesito –


El hombre se puso en pie y se dirigió hacia el y Gannon, pero Sehun levantó una mano para detenerlo.


— Voy a ver a Maddie. Gannon puede escoltarme. ¿No es así, Gannon? —

— Sí, mi señora. Si eso es lo único que queréis hacer... —

— Por supuesto. Ya se está haciendo tarde, pronto oscurecerá –


El soldado se relajó y asintió en dirección a Cormac y luego le indicó a el que lo precediese.

Sehun caminó con brío para que cualquiera que la viese pensase que ya se había recuperado totalmente del incidente. Pero cuando llegó a casa de Maddie le faltaba el aliento y tuvo que apoyarse en la puerta para recuperarse y no desfallecer.

En cuanto consiguió respirar con normalidad, llamó educadamente y esperó. Al ver que no recibía respuesta, se preocupó.


— Maddie no está en casa, mi señora —le informó una mujer desde otra casa—. Está ayudando a Gertie en la cocina —

— Gracias —contestó Sehun —

— ¿Queréis ir a la cocina? —le preguntó Gannon –


La posibilidad de encontrarse con Gertie le convenció de que podía esperar para hablar con Maddie. No tenía nada que hacer.

Mi EnemigoWhere stories live. Discover now