Capítulo 34

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Sehun recorrió el pasillo rodeado de cuatro guardias. Cada segundo que pasaba se ponía más nervioso de pensar que iba a ver a su tío el rey cara a cara. Estaba dispuesta a defender a Chanyeol y a contarle todo lo que había hecho Kim. En cuanto Sungchan hubiese oído todo lo que tenía que decirle, sería incapaz de dictar sentencia a favor de Jummyeon.

Uno de los guardias llamó a la puerta y Kang Dae la abrió de inmediato, indicándoles que entrasen. El consejero le sonrió y le cogió la mano para guiarla hasta una de las sillas de la lujosa sala de estar.


— Me temo que el rey hoy no se encuentra bien —dijo como si nada —. Lamentablemente, ha tenido que retirarse y me ha pedido que me disculpe en su nombre por no poder atenderos personalmente. Yo actuaré en su lugar y dictaré sentencia en nombre de la Corona –


El miedo se apoderó de Sehun mientras se sentaba en la silla. Las manos le temblaban y las escondió entre los pliegues del traje para que no la delatasen.


— Espero que el malestar de su majestad no sea nada serio —comentó educado—. Estoy ansioso por conocer a mi único pariente vivo —

— Eso no es del todo cierto —repuso Kang Dae—. Yo soy primo del rey, lo que nos convierte asimismo en parientes —

— Ah, sí, por supuesto —murmuró Sehun —

— Voy a pedirte que esperes aquí, primo, hasta que tengas que acudir al gran salón. Me encargaré personalmente de que te traigan algo de beber, por supuesto. No te faltará de nada mientras estés aquí confinado –


El modo en que Kang Dae había empezado a llamarlo «primo» y la mención a su confinamiento le pusieron los pelos de punta. Sin embargo, el hombre parecía preocuparse de verdad por su bienestar, así que le sonrió y le dio las gracias.


— Me gustaría contaros lo sucedido antes de que empezáramos, mi señor —

— Eso no será necesario, mi querido joven—le dijo él, dándole unas palmaditas en el brazo—. Estoy convencido de que toda la experiencia ha sido muy traumática y es mi deber llegar al fondo del asunto después de oír las versiones de los dos lairds. Te aseguro que descubriré la verdad –


Sehun tuvo que obligarse a no discutir. Lo que menos le convenía era hacer enfadar al hombre que tenía su vida en sus manos.

— Y ahora, si me disculpas, tengo que ir al gran salón para tomarles testimonio a los dos lairds. Te mandaré llamar cuando esté todo listo –


El asintió y se apretó las manos, nervioso. En cuanto el primo del rey abandonó la sala, rezó fervientemente para que prevaleciese la justicia y Kim Jummyeon fuese mandado de vuelta al infierno del que había salido.


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Chanyeol estaba de pie frente a las puertas del gran salón, junto con sus hermanos y sus comandantes, a la espera de que le ordenasen entrar. Unos metros más lejos estaba Kim Jummyeon con sus hombres, y Chanyeol tuvo que contenerse para no lanzarse encima de él y matarlo allí mismo.

Mi EnemigoWhere stories live. Discover now