22. Hermana

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Si mañana no subo nada tienen este de compensación.

Se que acabábamos de empezar pero me temo que lo tenemos que dejar. Una relación a distancia nunca funciona. Y odio tener que hacer esto creeme-dijo pasando a su lado sin mirarla. Emily lo siguió-Severus espera iré contigo. No Emily, tienes que cuidar de tu hermano y Tania-dijo antes de entrar a la chimenea. Pero...-la dejo con la palabra en la boca y con lágrimas en los ojos. Había desaparecido de su vida en un abrir y cerrar de ojos.

Corrió al despacho de Albus y él la recibió asintiendo. Ha cerrado la red flu a su casa, y no quiere que su padre conozca a alguien de su círculo cercano. Así que es mejor dejarlo tal cual está-contesto sin ninguna pregunta. Ella sollozo. Porque ahora Albus, justo en el mejor momento-susurro sentándose cansada. Créeme cuando vuelva será distinto. Todo será distinto-dijo levantándose para consolarla.

Y tanto que iba a ser distinto. No lo sabria ella bien a las pocas semanas de que Severus se fuera y Tania ya estuviera en casa. Le había llegado una carta pidiendo que se presentará en el ministerio para un tema relacionado con su padre.

Colín la había acompañado y por desgracia lo que les dijeron no le había gustado nada. Hacerse cargo del bebé porque no era lugar para él, que ironía.

Severus por su parte estaba leyendo un libro cuando su padre apareció por la puerta tosiendo. Necesito hablar contigo-susurro sentándose en el sofá y volviendo a toser. Él lo miró sin cambiar la expresión seria de su cara. Recuerdas que tu madre quería tener otro hijo-susurro como pudo. Él lo miró elevando una ceja-Si, a qué viene eso ahora. A que tienes una hermana-solto sin rodeos.

Una hermana-dijo riéndose, no pudo evitarlo. Él lo sabría su madre se lo habría dicho. Si, una hermana. La lleve a un internado en cuanto tu madre dio a luz. Fue mientras estabas en ese colegio de magos-dijo mirando a otro lado-Un mes antes de que... Le quitará la vida.

La mataste-siseo Severus con odio. Si, pero tu hermana sigue viva, supongo que nunca la encontraron y se la llevaron al colegio o tú lo sabrías. Trabajas allí no-pregunto intentando buscar algo en los ojos de su hijo. Cuantos años tiene ahora-pregunto mordiéndose el labio. Creo que 23 la busque cuando supe que tenía cáncer pero no me pude acercar. Estaba trabajando en un bar, lo máximo que hice fue pedirle una copa-susurro mirando al suelo.

Para variar-dijo Severus levantándose y cerrando el libro-Dime como se llama el bar. No lo se, solo sé que está cerca de aquí. Es el primero de la calle más cercana de Londres-dijo atreviéndose a mirarlo de nuevo. Como se llama-pregunto cogiendolo por la camisa. Elisabeth Eileen-dijo asustado. Severus salió dando un portazo y desapareció en un taxi que lo llevó a el supuesto bar. Cuando entro una chica rubia peleaba con un cliente. Vamos señor Robin ya hemos hablado de esto, debe marcharse vamos a cerrar-dijo molesta. Vamos Eli ponme otra copa, además mira, otro acaba de entrar-dijo mirando a Severus.

Lo siento pero estamos cerrados-susurro mirándolo. Él se quedó mudo durante un instante, tenía los ojos y los labios de su madre-No quería beber nada, solo estoy buscando a alguien. Bien, pues si busca a alguien, aquí solo quedamos el señor Robinson y yo-dijo sonriéndole mientras el hombre se levantaba.

Busco a Elisabeth Eileen-contesto mirándola fijamente. Ella elevo las cejas-Soy yo, pero no lo conozco. Soy Severus, Severus Snape-dijo tendiendole la mano mientras el hombre se iba. Sigo sin conocerlo-contesto mirando la mano sin aceptarla. Bueno me gustaría hablar con usted-dijo mirando el local ya vacío.

Eee Lissy cierra cuando salgas y ven mañana a las nueve-grito una voz desde la parte trasera. Si Jhon-grito rodando los ojos.

Bien que quiere-pregunto cogiendo los botellines y dejanodlos detrás de ella barra. Es usted huérfana-pregunto interesado. Quién le ha dicho eso-pregunto incrédula. Mi, mi padre-dijo mirando al suelo un momento. Y que tengo que ver yo con su padre-susurro molesta. Escucheme porfavor, se que lo que voy a decir a continuación va a sonar estúpido pero usted es mi hermana-susurro mirándola. Ella elevo las cejas y algunas lágrimas se formaron en sus ojos. Usted es mi hermano-susurro incrédula con la voz entrecortada. Si, si lo soy. Supuestamente mi padre la dio en adopción-dijo mirándola. Elisabeth lo abrazo rápidamente-No sabe cuánto llevo esperando este momento.

Severus la abrazo y beso su coronilla-Apenas me he enterado hace media hora si lo hubiera sabido antes te hubiera buscado-susurro separándola un poco. Ella sonrió y le dio un beso en la mejilla-Podre irme contigo, odio este lugar. Él asintió. Recogeré mis cosas vivo encima así que no tardare-susurro emocionada.

Severus la espero fuera, el taxi se había ido por desgracia. Ella apareció con una pequeña maleta y sonrió-Ya está.

Debemos caminar un trozo hasta encontrar un teléfono o un taxi-susurro acercándola por el brazo. Debía de tener frío por la manera en la que temblaba y no tenía abrigo, apenas debía de tener mucho.

Froto su brazo y miro la calle, estaba desierta. Escúchame Elisabeth, papá no es un buen hombre. Se está muriendo y nunca a sentido nada hacia mí, ni hacia nuestra madre-dijo en un susurro. Mama sabe que has venido-pregunto con una sonrisa. Severus se maldijo, cualquiera pensaría las cosas antes de irse con un extraño pero ella era tan lanzada como su madre-Ella falleció, papá la... Mato. Elisabeth lo miró y apretó los labios-Siempre soñé con abrazar a una madre pero ya no puedo.

Si te consuela ella nunca te abría abandonado, por mucho que papá parezca bueno. No te fíes de él, está en sus últimos días. Hará lo posible por redimirse-dijo frotando más su brazo.

Por suerte encontraron una cabina de teléfono rápidamente. Elisabeth pidió el taxi y lo esperaron. Y tu cuantos años tienes-susurro mirándolo fijamente, como buscando alguna semejanza. Treinta y nueve-contesto sonriendole levemente. Eres más mayor que yo-dijo acercándose más a él. El pantalón corto y la camisa no abrigaban nada.

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