57

1.3K 66 13
                                    

Marylise.

Muevo mis dedos en círculos, sintiendo un poco su cuero cabelludo y dando un leve masaje en el proceso, envolviendo las hebras rizadas color chocolate en estos, mientras escucho y siento su tranquila y rítmica respiración contra mi pecho, en donde se encuentra acostado, profundamente dormido debido a la píldora tranquilizante que se tomó hace unas cuantas horas, píldoras que, desconocía que tomaba.

Separo mi rostro de su frente en donde me mantenía apoyada y le miro, notando sus ojos aún rojos e hinchados al igual que su nariz y mejillas. Se le ve tan tranquilo durmiendo, tanto que el Harry de hace unas horas y este no parecen ser la misma persona en absoluto.

Aún no puedo creerme todo lo que ha pasado, mi mente hasta el momento aún no logra comprender y asimilar la basta cantidad de información que me fue compartiendo sobre su vida pasada, entre lágrimas, lamentos, sollozos y ataques de pánico, ansiedad e ira.

Realmente no entiendo cómo pude controlarlo, no entiendo cómo encontré las fuerzas mentales y físicas necesarias para tranquilizarlo, quizá fue mi experiencia de años lidiando con problemas respiratorios y el saber cómo controlarlos con ejercicios de respiración, o quizá fue el tranquilizante que logró indicarme que le diera, en una súplica dolorosa de repetir en mi mente.

Me pregunto si debería dormir un poco, ya que desde lo que pasó no he dormido ni un segundo para velar su sueño y que todo esté bien, no quiero que vuelva a pasar, no quiero que despierte y no estar lista para tranquilizarlo y evitar que otro ataque lo asalte. Me preocupó mucho verlo en aquel estado, más de lo que me gustaría admitir, tanto que hasta el sueño se me espantó por completo.

Escucho un débil quejido, seguido de unos pequeños movimientos rítmicos, similares a espasmos musculares, logrando que salga de mi ensimismamiento y vuelva a la realidad.

Le miro y noto como su ceño se encuentra completamente fruncido, su respiración comienza a aumentar de ritmo y los espasmos se sienten cada vez más fuertes y constantes, siendo acompañados de quejidos y balbuceos a los cuales no les hayo sentido alguno.

Me reincorporo en la cama, apoyando mi peso sobre mi codo y antebrazo para poder elevar mi torso y tener mejor visión, mientras me dedico a dar pequeñas caricias en la parte alta de su espalda, emitiendo siseos leves para tratar de calmarlo y ahuyentar su pesadilla, cosa que funcionó en primera instancia, pero al poco tiempo sus espasmos volvieron, logrando finalmente que despertara de golpe, expulsando en el acto un grito ansioso cargado de terror.

Mi corazón se salta un latido al escucharle y al verle tan alarmado al despertar de su mal sueño.

Noto como su respiración se encuentra agitada y su pecho sube y baja rápidamente, al igual que empiezo a escuchar exhalaciones entrecortadas y pequeños hipos provocados por su agitación. Rápidamente me acerco a él y trato de llamar su atención, pero no lo consigo. De pronto, hace el intento por incorporarse, haciendo fuerza con sus antebrazos y espalda sobre la cama, pero no logra su cometido, cayendo sobre esta de golpe y emitiendo un quejido acompañado de una mueca de dolor.

—Hey, ¿estás bien?— Le pregunto, con clara preocupación en mi tono, acercandome un poco más a él, quedando sentada sobre mis piernas a su costado. Harry lleva sus manos a su cabeza tapando con ellas sus ojos y parte de su frente y cienes. Noto como intenta levantarse una vez más pero yo se lo impido, deteniendolo con mis palmas sobre su pecho—. No, no, quedate ahí.

El rizado abre sus ojos apenas un poco y eleva su rostro para mirarme. Noto cómo vacila sus ojos entre los míos y luego los cierra, apretándolos con fuerza y negando con la cabeza ligeramente. De forma lenta y con cuidado gira su rostro hacia un costado, hacia el piso, donde aún se encontraban sus pertenencias y recuerdos sobre la alfombra.

Teach me math, baby » H.SWhere stories live. Discover now