34

13K 645 352
                                    


Harry

Todo ha ido genial desde que supe qué hacer con todo esto.

Angie no sirvió de nada, yo lo descubrí solo. Ella sólo me mandó a la mierda, creí que era su amigo, creí que me ayudaría con mi problema, pero no fue así. Angie quiere que la deje, quiere que me separe de Marylise, pero no lo voy a hacer; por lo menos no por ahora. Necesito estar con ella, necesito que esté conmigo, así me aseguro que no estará con nadie más, que será sólo mía.

Ella se ha portado tan bien desde que hago lo que hago. No le he hablado mal ni gritado una sola vez, la consiento en todo, trato de hacerla sonreír todo el tiempo, lo cual creí –al principio– que sería una mierda; tener que actuar como idiota, diciéndole cosas lindas, tratándola mejor que a una reina... creí que me hartaría de comportarme así, de ser otra persona cuando estoy con ella pero, realmente, soy otra persona estando con ella. Ni siquiera me esfuerzo en tratarla bien, simplemente es algo que sale de mí, algo espontáneo. Digo tonterías que no hacen gracia en absoluto, solamente para escucharla reír.

Se ve tan adorable cuando sonríe... sus ojos se cierran casi por completo, formando pequeñas arrugas a los costados; frunce su nariz ligeramente y curva sus labios, mostrando sus dientes. Cada vez que sonríe se me es imposible no besarla, y ella siempre está sonriendo, así que yo siempre estoy besándola.

Tratarla bien ha funcionado de maravilla. Ahora ella hace todo lo que quiero, incluso sin pedírselo, y eso es realmente genial. Necesito que las cosas sigan así, tengo que disfrutar de ella todo el tiempo que pueda, hasta que termine de tajo con todo esto... Tengo que hacerlo, esto tiene que terminar en cualquier momento, antes de que sea demasiado tarde y todo se vaya al carajo.

No quisiera dejarla, tengo muchas cosas por enseñarle aún, tengo tantas cosas que quiero hacer con ella que no sé si me dará tiempo.

Marylise.

—Papi...— Le llamo, pero él ni siquiera se inmuta—. Hey— Insisto, pero parece sumido en sus pensamientos, inerte al sonido de mi voz—. Papi, te estoy hablando— Hablo un poco más fuerte, sacudiendo su cuerpo, y entonces, él reacciona.

— ¿Sí?— Atiende, girando su cabeza en mi dirección para mirarme.

— ¿Por qué no me haces caso?

—Lo siento, pequeña, no te escuché— Se disculpa, depositando un beso corto y casto en mi frente—. ¿Qué pasa? ¿Qué querías?

—No, nada— Sacudo mi cabeza en una negativa y vuelvo a acurrucarme en su pecho. Él, tomando mi rostro entre sus manos, me obliga a mirarle de vuelta y me mira, presionándome para hablar. Suelto un suspiro, y continúo—. Sólo quería saber en qué pensabas, porque te quedaste mirando a la pared como por cinco minutos.

—Oh, no era nada— Intenta restarle importancia, negando con la cabeza y besando mis labios cortamente—. Sólo apreciaba el trabajo del pintor.

Ruedo lo ojos al cielo.

Se quedó un largo rato ahí, a la nada, no puede ser que no estuviese pensando en algo. Sé que no pensaba en eso realmente, pero decidí dejar las cosas así, no creo que haya sido tan importante.

—Papi— Él atiende mi llamado, mirándome, casi al instante—. ¿Cuándo me vas a llevar a ese lugar que me prometiste?— Pregunto, escuchándome curiosa, tratando de cambiar de tema.

—No lo sé, algún día— se encoge de hombros—, cuando ambos tengamos un día completo libre.

Suelto un suspiro pesado y refunfuño—: Entonces no será nunca— Él me mira con expresión confundida, preguntando sin palabras un "¿por qué?"—. No tengo días completos libres porque mi mamá está en casa toda la noche y también en la mañana— hago una mueca de pesar—. Yo sí quería ir.

Teach me math, baby » H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora