36

12.4K 637 453
                                    

Marylise

—Pregúntalo ya, antes de que me arrepienta.

Ya me estoy arrepintiendo yo.

Tomo una inspiración profunda y lo digo—: ¿En qué trabajas?

Él suelta una exhalación pesada antes de hablar, antes de soltarlo todo.

—Cuando a una mujer su esposo no la complace, busca a alguien como yo— Dice, pero yo no logro comprenderlo.

¿A qué se refiere con eso? ¡No lo entiendo!

— ¿A alguien como tú? ¿De qué hablas?— Pregunto, mucho más confundida que antes.

—Ellas me llaman, yo las atiendo y al final me pagan por mis servicios— Su voz suena tan neutral al salir de su boca que hace que mi piel se ponga de gallina.

¿Servicios? ¿Qué clase de servicios?... Necesito que me conteste. ¡Necesito que sea claro!

¿Qué?

Suelta un bufido cansino y, sin siquiera mirarme (no lo ha hecho desde que se le pregunté por última vez en qué trabaja), se explica—: Mi trabajo es vender sexo, Marylise.

Mis ojos se abren con sorpresa a la vez que se desvanece de mi rostro toda clase de expresión.

No puede ser, esto no es cierto. Él no puede ser...

— ¿Te... te prostituyes?— La pregunta sale de mi boca antes de que siquiera haya pensado en decirla.

Me escucho tan confundida, tan temerosa y desconfiada, que me dan ganas de salir corriendo de aquí y no volver en unos tres días, no volver hasta que todo esto haya pasado y haya olvidado lo que acaba de decirme.

—Yo no lo llamo "prostituirme"— Refuta—. Sólo es un trabajo como cualquier otro, en donde me pagan por darles a mis clientas lo que sus maridos no se encargan de darles en sus casas.

— ¿Maridos? ¿Son mujeres casadas?— Pregunto y, entonces, todo se siente extraño. Es como si no lo conociera en absoluto. Siento como si estuviese abrazando a un extraño.

—La mayoría lo son— Contesta, con tanta naturalidad que provoca que mi pulso se acelere.

Sin pensarlo o ser consiente de mis actos, me separo de él y me siento en la cama, a su lado. Él parece notar mi incomodidad, pero no dice nada al respecto.

— ¿Por qué?— Pregunto, pero no le doy tiempo de contestar—. Estás arruinando matrimonios.

—No, Marylise... esos matrimonios ya estaban arruinados antes de que yo llegara.

—Ellas están engañando a sus esposos, contigo.

Mi respiración está comenzando a agitarse, en verdad necesito calmarme.

—No, sus esposos las engañaron a ellas primero— Corrige—. Te dije que esos matrimonios ya estaban arruinados desde hace tiempo. Yo lo único que hago es ayudarlas.

— ¿Ayudarlas? ¿Cómo? ¿Por qué?

— ¿Cómo?... de seguro te imaginas cómo— Una risita sale de su boca en ese momento—. Y lo hago porque ellas me pagan por algo que disfrutamos ambos... todos ganamos.

Todo se siente erróneo en este momento; el estar aquí con él, lo que acabamos de hacer hace unos minutos, los besos y caricias que nos dimos, todas las cosas que hemos hecho tiempo atrás... Todo se siente incorrecto.

Yo sabía que se acostaba con mujeres, pero no creí que hiciera esto. Él tiene sexo con ellas por dinero, vende su cuerpo a mujeres casadas que buscan placer en otras partes y no en sus casas. Harry dijo que los esposos de ellas las engañaron primero pero, ¿entonces por qué no ellas simplemente los dejaron una vez que descubrieron lo que hacían ellos con otras mujeres? Al meterse con otro hombre, con Harry, ellas se están convirtiendo en alguien igual o peor que sus esposos. Esto no está bien, no deberían de hacerlo... Harry no debería enredarse con ellas, puede pasarle algo. Esto es peligroso para todos los involucrados; incluso para mí.

Teach me math, baby » H.SDonde viven las historias. Descúbrelo ahora