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Toda la noche estuve pensando en cada una de las cosas que me ha dicho, en cada una de las miradas que me dedicó, en cada uno de los gestos que formó en su rostro al verme; y todas me llevan a una misma pregunta:

¿Está interesado en mí?

Si, suena ridículo que alguien de más de veinte años le atraiga una chica de quince, teniendo a su alcance a muchísimas chicas de su edad que le puedan ofrecer mucho más que yo. Porque, ¿Qué puedo ofrecerle en primera instancia? No me cabe en la cabeza la idea que me he planteado sobre su persona.

No creo que alguien como él pueda llegar a ser uno de esos tipos enfermos que acosan a niñas de mi edad o a menores. Se me hace absurdo el solo pensar en eso y en que él pueda tener esa terrible y repulsiva afinidad. Es solo que al verlo a los ojos no veo esa oscuridad y esa perversidad que tienen esos tipos.

Debo de dejar de hacerme ideas estúpidas con todo esto. Quizá solo dijo todo eso en broma y yo estoy juzgándolo sin siquiera estar segura de lo que pienso. Eso no está bien. Tengo que dejar de crearme historias y enfocarme en lo que verdaderamente importa.

—Tierra llamando a Mary— Las cavilaciones en mi mente fueron retiradas cuando una mano fue sacudida frente a mi campo de visión—. ¿Está todo bien allí dentro?— Pregunta mi amiga en tono burlesco. Parpadeé un par de veces antes de sacudir mi cabeza en asentimiento.

—Sí, todo está bien—. Le regalé una sonrisa descuidada.

—De acuerdo..., entonces, ¿Qué piensas sobre lo de Chad?— Pregunta. Un brillo especial iluminaba sus ojos.

—¿Qué pasa con Chad?— Le pregunté con confusión.

Bufó y rodó los ojos al cielo en señal de frustración y dijo, más como una afirmación que como una pregunta—: ¿No escuchaste lo que dije?

—Ahm...— Pronuncie haciendo una mueca de disculpa.

—Ay, Mary...— Regañó.

—Lo siento— Me disculpo. Mi voz vibraba debido a mi temblor interno a causa de todo eso que pensé sobre Harry.

— ¿Te pasa algo?— Pregunta con algo de preocupación.

—No, nada, ¿por qué debería de pasarme algo?— Me encojo de hombros en un intento por actuar despreocupada, pero fracase terriblemente.

Noto como Dali escanea mi rostro con sus dictaminadores ojos como si buscase algún rastro que me delatara.

—Ya dime, ¿Qué te pasa?— Pregunta cambiando su tono de voz a uno serio.

—Nada, nada, ya te dije.

—Mary, te conozco desde el jardín de infancia, sé cuándo algo te pasa— Habla con suficiencia.

Abro mi boca para hablar, pero esta no produjo sonido alguno. Lo intenté una vez más, y fracasé.

—Dime qué es lo que te pasa, has estado muy rara este día, ¿está todo bien?— Aumentó su preocupación y curiosidad.

—Sí, no te preocupes— Le regalé una sonrisa tranquilizadora.

—Bien..., entonces te volveré a contar lo de Chad— Bufó con fingido exhausto—. Hace una semana, más o menos, él me dijo que...

Eso fue todo lo que alcancé a escuchar porque de allí en adelante, ya no la escuché más. Aún pensaba en todo eso que dijo e hizo Harry ayer cuando le di mis asesorías. Estoy tan confundida, necesito que alguien me ayudé y me diga que todo lo que estoy pensando sobre él es una tontería y no tiene sentido.

Si se lo digo a Dalila probablemente me saque de mi duda, o quizá sea capaz de demandar a Harry o hacer que le den una orden de alejamiento y no pueda acercarse a mí. Bueno, eso sería algo extremista porque él no me ha hecho nada malo, solo son miradas y palabras que me confunden.

Teach me math, baby » H.SWhere stories live. Discover now