42

9.8K 613 618
                                    

Marylise.

Sé que hay alguien dentro de la casa, pero no tengo ni idea de quién es. No logré reconocer la voz porque su tono era muy tenue, casi ni lo pude escuchar.

¿Quiénes están allá afuera? ¿Nos vieron? ¿Nos escucharon? ¿Qué hacen aquí?

Espero un largo rato pero no regresa. Ya me estoy preocupando, no se escucha absolutamente nada. No puedo estar aquí, esperando a que pase algo. Tengo que salir, tengo que ir a ver qué está pasando.

Me envuelvo en las sábanas tan rápido como puedo y salgo de la cama, para después también salir de la habitación. Camino cautelosamente (se podría decir que avanzo tan sólo con los dedos de mis pies) por todo el pasillo, hasta visualizarlo. Lo veo observar algo con detenimiento, pero no veo ni escucho nada más, sólo a él, mirando hacia enfrente fijamente. ¿Qué es lo que mira?

Me acerco más, sosteniendo y arrastrando por el piso un poco de la sábana que me cubre al caminar. Me acerco hasta llegar a su lado, entonces le llamo—: Papi.

Él me mira en ese momento y, a los segundos, vuelve su vista al frente. Me acerco otro poco a él y entonces miro lo que ve, congelándome en mi lugar casi al instante.

Mis ojos se abren como platos al igual que mi boca al verlas de pie ahí, a unos cuantos metros de nosotros, observándonos.

Nadie dice nada, nadie mueve ni un solo músculo. Estamos los cuatro paralizados, alternando nuestros ojos en cada uno por periodos cortos.

¿Qué hacen aquí? ¿Cómo fue que entraron? Ellas... Ellas nos vieron. Mis dos amigas más cercanas nos vieron a mí y a Harry en nuestro momento más íntimo.

Esto no puede ser cierto. No puede estar pasando.

Dalila nos mira con ojos desilusionados y algo juzgantes también. Nos observa de arriba abajo a ambos, a mí y a Harry, intercalando entre uno y otro. Observando nuestros cuerpos semidesnudos, nuestro cabello alborotado, nuestros pies descalzos, mis mejillas aún sonrojadas por el calor que sentí en aquella habitación... todo.

Finalmente, detiene sus ojos en los míos y aprieta sus labios.

— ¿Qué hiciste, Marylise?— Murmura, pero no espera respuesta alguna de mi parte—. Todo este tiempo que creíamos que le "enseñabas" matemáticas a este... tipo— Mira a Harry con cierto desprecio, y luego vuelve a mí—, en realidad te acostabas con él— Dice, escuchándose claramente como una afirmación. Es lo que ella vio. Está segura de lo que vio—. ¿Por qué me mentiste?— Pregunta, con cruda decepción en su tono. Mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas para este entonces—. ¿Cómo pudiste hacerme esto? ¿Cómo pudiste hacerte esto a ti?

—Ah... y-yo— Intento hablar, intento decir algo, pero las palabras no salen de mi boca. El nudo en mi garganta no me permite decir palabra alguna.

—Te dije que no confiaras en él, Marylise, te dije que era peligroso y que no tenía buenas intenciones— Reclama, mirándolo de reojo y levantando un poco su voz—. Él te engañó para llevarte a la cama, te está usando, ¿cómo no te diste cuenta?

—No, Dali, eso no es cierto. Él no...

—Claro que es cierto— Me interrumpe, con severidad. Miro a Harry por un momento y noto que frunce su ceño en una expresión confundida y algo... ¿curiosa?, observando a mi amiga. Pero no le presto mucha atención realmente—. Dile, Harry... dile que tienes a tu disposición a tantas mujeres cuando andas caliente que hasta no sabes ni a quién llamar— Señala al aludido, exigiéndole que hable—. ¡Díselo!... Dile que ella no es la única.

—Eso ya lo sé— Murmuro, antes de que Harry siquiera pensara en hacerlo. Dalila me mira, incrédula de mis palabras, frunciendo su entrecejo y abriendo sus ojos un poco más de lo normal.

Teach me math, baby » H.SWhere stories live. Discover now