Teach me math, baby » H.S

46

[Las escenas estarán al final, justo como lo hice en la parte anterior]

Marylise

Dejo el lápiz que estaba utilizando para resolver mis ecuaciones sobre mi escritorio cuando escucho unos gritos provenientes del pasillo, seguidos de unos sollozos, logrando que deje mi tarea por un lado y salga en busca de respuestas.

Al salir de mi habitación, las voces se intensifican, y claramente logro escuchar la discusión entre mi madre y mi hermano.

—Por favor, Oliver, escúchame— Le pide mi mamá, en medio de un sollozo.

—Suéltame, no tengo nada qué escuchar de ti. No necesito tus explicaciones, lo que vi me bastó.

—No es lo que tú crees.

—Por favor, no creas que soy estúpido— Levanta aún más la voz mi hermano—. Sé perfectamente lo que vi, y no pienso vivir en el mismo techo que una persona como tú, madre.

¿Qué?

Bajo las escaleras a la velocidad que mis piernas me permiten al escuchar eso último, llevándome una gran sorpresa al ver a mi hermano con una maleta, dispuesto a salir de la casa, y a mi mamá, desesperada, sosteniéndolo del brazo para evitar que huya.

—Suéltame, ¿qué no entiendes que no quiero estar contigo?— Se logra zafar de su agarre y Oliver aprovecha esto para avanzar un par de pasos hacia la puerta, antes de que mi mamá vuelva a detenerlo.

—Por favor, hijo, escúchame. Todo fue un malentendido, créeme.

—Te dije que me soltaras— Sacude su brazo con violencia para alejar la mano de mi madre de éste—. Y ya déjame ir, no soporto tenerte enfrente...— Calla justo en el momento en que sus ojos miran los míos, mirando la escena confundidos y sorprendidos. Me quedo ahí, inmóvil, sin saber qué hacer o decir. Entonces, deja su maleta ahí en el piso, y se acerca a mí a paso rápido—. Prométeme que te alejarás de esto en cuanto puedas hacerlo, Marylise.

— ¿Qué pasa? ¿Te vas? ¿Por qué? ¿Por qué dices eso de mamá?— Las interrogantes salen tan rápido de mi boca que apenas y creo que me haya entendido.

—Es mejor que no sepas mis razones aún— Me mira—. Prométeme que te irás en cuanto puedas hacerlo.

—Sí, sí pero... Tú no te vayas, por favor— Le pido, sintiendo cómo mis ojos se ponen aguados.

—No puedo estar aquí— Aprieta sus labios y forma en su boca una mueca de pesar—. Adiós hermanita. Cuídate mucho, ¿sí?

—No, espera, no te vayas— Le pido, cuando comienza a alejarse de mí—. Oliver— Le llamo para detenerlo, pero él no lo hace, al contrario, toma su maleta y camina hacia la puerta en zancadas largas.

—Oliver, por favor— Solloza mi madre, pero ya es demasiado tarde. Mi hermano se ha ido, y algo dentro de mí me dice que no volverá.

*** ***

Yo: ¿Podrías ir a la antigua biblioteca saliendo al descanso? Necesito hablar con alguien.

Después de unos minutos, recibo su respuesta.

Brent: Claro. Voy para allá en cuanto se termine esta clase.

Yo: Gracias :)

Brent: ¿Estás bien?

Yo: No

Brent: ¿Te cuento uno de mis chistes?