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Marylise.

No sé qué le pasa a Harry, ha estado actuando muy raro últimamente. Antier me llevó a casa temprano, justo después de que me dijo que me detuviera, que no lo tocara, que dejara de moverme. Supongo que eso fue mi culpa, supongo que quizá hice algo que no le pareció. Yo sólo quería alegrarlo un poco, hacerlo sentir bien como él lo hace conmigo, pero no quiso que lo hiciera, me dijo que no lo volviera a hacer y me llevó a mi casa. Ayer me mandó un mensaje diciendo que no podría venir por mí a la escuela porque tenía cosas qué hacer. Sinceramente, eso no me dio buena espina, me hizo creer que no quería verme o que me estaba evitando.

Quizá sólo soy yo la que malinterpretó las cosas, quizá sí dijo la verdad y sí tenía cosas qué hacer, pero aun así sigo teniendo mis dudas. Tal vez simplemente ya no le gusto, o quizá nunca le gusté. Quizá se aburrió de mí y se buscó a otra persona que si le diera lo que él quiere y no ande con rodeos como yo. Hace unos cuantos días atrás, esa posibilidad me habría aliviado e incluso alegrado, pero hoy no. No quiero que me deje y ya no lo vuelva a ver y... sentir. No quiero que se vaya.

—Hey, Mary...— su voz y unas manos que se sacuden frente a mis ojos me hacen salir abruptamente de mis cavilaciones. Parpadeo un par de veces para volver a la realidad y entonces le miro; hay una sonrisa divertida que adorna su boca y lo hace ver lindo—. ¿A dónde te fuiste?— Pregunta jocundo y bromista.

—Lo siento— Me disculpo, avergonzada por mis "idas a otro mundo", como Brent le llama a esos momentos.

—Tranquila— Dice riendo—, supongo que no escuchaste lo que te dije ¿no es así?— Inquiere, pero algo en su tono de voz y expresión me dice que ya sabe mi respuesta, aun así, asiento con la cabeza apenada mientras muerdo el interior de mi mejilla—. Bueno, no era algo tan importante, sólo te contaba lo que hizo Richard ayer en la guardería— Dice, ensanchando su sonrisa a la vez que los poros de su nariz se expanden, dándome a entender que está aguantando una carcajada.

— ¿Qué pasó? ¿Está bien?— Pregunto, algo preocupada por su hermano pequeño, aunque vea que a él le causa gracia lo que el niño haya hecho en la guardería.

—Sí, el otro niño es el que terminó mal— asegura, aguantando su risa—. Richard le mordió la oreja...— ésta vez ya no pudo contenerlo y comenzó a reír. No era una carcajada, era más bien una risa silenciosa—. A mí también me ha mordido así que comprendo por qué el niño estaba llorando.

— ¿Cómo puedes reírte de eso?— Pregunto, fingiendo incredulidad y tratando de no mostrar algún signo de diversión.

Que te muerdan no es divertido... Bueno, dependiendo de dónde sea y quién lo haga... ¡¿Por qué estoy pensando en esas cosas?!

Sacudo mi cabeza en un intento por suprimir esas imágenes de mi mente.

—Pobre niño, ¿está bien?

—Sí, sólo le quedó una pequeña marca, no fue tan grave— hace un ademán con su mano restándole importancia a la vez que rueda los ojos—, pero llamaron a mi mamá y a la mamá del niño mordido, ella hizo un escándalo y ahora mi mamá tiene que buscar otra guardería donde cuiden a mi hermano—. Hace una mueca pero después vuelve a reír.

Richard es niño muy travieso a pesar de su corta edad. Cuando mi papá estaba aquí, iba casi todos los días a casa de Brent a pasar el día con él. La mayoría de las veces me tocaba cuidar al pequeño Richard mientras Brent jugaba sus videojuegos online, decía que no podía distraerse o le dispararían y sería un desastre. Prefería cuidar a su hermano que discutir con él porque sabía que yo terminaría perdiendo o él acabaría por chantajearme con alguna cosa. De igual forma no me molestaba cuidarlo mientras su irresponsable hermano disparaba a otros jugadores sin remordimiento alguno, la mayor parte del tiempo no era tan inquieto, sólo algunas veces cuando tenía hambre, estaba enfermo o le molestara alguna cosa, entonces sí se ponía agresivo y, si no alcanzaba a morderte, te golpeaba o te tiraba con cosas. Es un niño muy lindo.

Teach me math, baby » H.SWhere stories live. Discover now