29

20.3K 779 625
                                    

Marylise.

Aquel día después de haber despertado en su habitación, confundida, desorientada y sin saber qué demonios me había pasado la noche anterior, acabé rendida bajo los brazos de Harry, una vez más. No me agradó el hecho de ser tan débil ante su toque, ante su voz; no me agradó para nada el saber que él puede tener control sobre mí tan fácilmente. Angie estaría muy molesta conmigo por este hecho pero, siendo sincera, no me arrepiento del todo.

Han pasado un par de días desde aquella vez y todo parece estar bien ahora, todo menos una cosa. Esa imagen ronda en mi cabeza cada vez que le miro, cada vez que le pienso. La incertidumbre de no saber qué es lo que hace, el por qué es que se ve con esas mujeres y el hecho de que no quiera decirme sus razones hace que quiera explotar en cualquier momento.

Ya tuvimos varias discusiones por ello, al final se termina resolviendo todo pero, él siempre se sale con la suya y no contesta mis preguntas y, sinceramente, ya me cansé de esta situación.

Necesito saber quiénes son ellas o por lo menos si significan algo para él. Quisiera saber si yo significo algo para él o solo soy una más de su montón.

- ¿Enserio prefieres mirar a la nada todo el rato que estés aquí a hablar conmigo?- Inquiere, con incredulidad en su voz, sacándome de sus pensamientos.

Yo le miro por unos segundos y, sin decir nada, vuelvo a lo mío.

Mientras pensaba una infinidad de cosas, me dedicaba a contar las baldosas de cerámica que se encuentran en el piso.
Hemos estado así por más de diez minutos. No sé si el tiempo es correcto, puesto que no me he puesto a checar en mi teléfono la hora, pero sí se me ha hecho mucho el tiempo que tengo aquí sentada frente a él en la sala de estar, tratando de ignorar su presencia.

Ya perdí la cuenta, maldición.

-Marylise, esto es absurdo, dime algo- Me pide, pero yo lo ignoro por completo, como si no pudiese escucharlo.

"Uno, dos, tres, cuatro..." Cuento en mi cabeza, de izquierda a derecha, las baldosas de color claro y de estilo marmoleado que hay en el piso.

- ¿Por qué sigues enojada conmigo?

En realidad no estoy enojada ni molesta, solo estoy utilizando las técnicas que me enseñó Angie el otro día. Le conté de la situación, sin muchos detalles, solamente le dije que Harry no me quería responder algo que yo necesitaba saber y ella me recomendó que fingiera estar enojada, que eso siempre funciona.

-Hey...- Parpadeo un par de veces y frunzo mi ceño cuando el pasa su mano por enfrente de mis ojos. Creo que me quedé ida contando-. Hazme caso- Insiste, pero yo hice lo mismo de antes, mirarlo y después ignorarlo-. Marylise, te estoy hablando-. Se le escucha severo, pero no me importa en absoluto-. Mírame- Me pide, pero yo no lo hago-. Mírame- Me ordena, de forma más determinante. Yo lo miro por un par de segundos y luego vuelvo mi vista al frente, haciéndolo bufar.

No quiero que se enoje pero... ¿A quién engaño? Por supuesto que quiero que se enoje. Quiero hacerlo explotar de coraje, que por lo menos pague alguna de las que me ha hecho.

- ¿Enserio?- Pregunta, incrédulo, y soltando una carcajada carente de humor-. No sé cómo no quieres que te llame niña si tu actitud es más inmadura que la de una de cinco años.

Aprieto mis labios y me encojo de hombros, restándole importancia a su comentario.

-Sigues enojada conmigo, ¿cierto?- me encojo de hombros, de nuevo-. ¿Por qué? Ya te expliqué cómo están las cosas-. Imito mi acción previa-. Deja de hacer eso y contéstame- Me pide, pero yo lo vuelvo a hacer-. Marylise...- Regaña, con un tono ya más irritado y cansado también. Yo le miro una vez más y repito el gesto, haciendo que suelte un gruñido cargado de frustración.

Teach me math, baby » H.SWhere stories live. Discover now